Buenos Aires, 9 may (EFECOM).- La mayor asociación de ganaderos argentinos ratificó hoy la huelga que cumple desde hace diez días a pesar del acuerdo en los precios de la carne vacuna alcanzado por el Gobierno con otras agrupaciones agropecuarias y los frigoríficos.
"El acuerdo es más de lo mismo y no se va a poder cumplir", aseguró Martín Garciarena, vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), que reúne al 80 por ciento de los productores de bovinos.
El Gobierno levantó los controles en el Mercado de Hacienda del barrio porteño de Liniers, el principal del país, y acordó hasta final de año unos "precios de referencia" mayores a los que había fijado, entre otros puntos de un pacto firmado anoche con las otras cuatro asociaciones agropecuarias y cinco cámaras de empresas frigoríficas.
Además, los empresarios del sector frigorífico se comprometieron a mantener los precios de doce cortes de carne vacuna de consumo popular que habían pactado con las autoridades en abril de 2006.
Pero Garciarena sostuvo a emisoras de radio y televisión que "no se va a cumplir" este acuerdo, que a juicio de los ganaderos "es más de lo mismo", a pesar de que el Gobierno sostiene que servirá para "transparentar" las operaciones del mercado de productos cárnicos.
"No podemos comprometernos a eso porque sabemos que no va a pasar", subrayó el dirigente de Carbap respecto del compromiso de mantener sin cambios el precio de la carne de vacuno hasta fin de año.
Las operaciones en el Mercado de Hacienda de Liniers se redujeron un 60 por ciento desde el 30 de abril pasado, cuando la mayor asociación de ganaderos comenzó una huelga de 15 días que concluirá a medianoche del domingo próximo.
El acuerdo en los precios de la carne de vacuno, uno de los alimentos de mayor consumo popular en Argentina, fue firmado en la Casa de Gobierno al cabo de tres meses de negociaciones y en una reunión a la que asistió el jefe del Estado, Néstor Kirchner.
Dispone la creación de una "comisión de seguimiento" para impedir distorsiones en la cadena de comercialización y un subsidio de 270 millones de pesos (unos 88 millones de dólares) para fomentar la cría de terneros con el fin de aumentar la cabaña vacuna, de unos 50 millones de cabezas, cifra que no se incrementa desde hace décadas.
Asimismo, flexibiliza las trabas a la exportaciones de carne de vacuno, al liberar embarques de vacas "de conserva", como se llama a las de baja calidad.
La escasa oferta provocada por la huelga de ganaderos ha hecho que el precio del ganado en pie supere en más del 10 por ciento a los fijados como "referencia" hasta fin de año.
Pero los productores y empresarios que firmaron el pacto prometieron a Kirchner que no habrá subidas para el consumidor, aseguraron fuentes oficiales.
"No es el acuerdo ideal, pero es el óptimo en vista de la variedad de entidades involucradas", apuntó hoy el presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, al destacar que se logró un consenso "entre tantos sectores con intereses encontrados".
"El problema es que hay una demanda muy fuerte, tanto interna como externa, que ha provocado un desequilibrio entre los precios, originando a su vez que haya una oferta insuficiente para una demanda tan fuerte", agregó.
En Argentina, tercer exportador mundial de carne vacuna, el consumo de ese alimento es de 70 kilos por habitante al año, uno de los más altos del mundo.
Los precios de los productos cárnicos tienen una fuerte incidencia en la conformación del índice de inflación, una de las mayores preocupaciones del Gobierno. EFECOM
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