
El nuevo y enorme Galaxy es un producto cien por cien Ford. Más alto y largo que su hermano casi gemelo S-Max, consigue albergar en su interior hasta siete pasajeros.
Es el segundo modelo, tras el citado S-Max, que se basa en el nuevo diseño Kinetic Design, que en este vehículo se traduce en unas líneas menos duras que buscan mayor sobriedad y elegancia y penalizan el aire deportivo que impregna el S-Max. Las diferencias principales con su predecesor se encuentran en el paragolpes delantero, los antinieblas situados debajo de éste, la ausencia de branquias laterales, una mayor superficie acristalada y una trasera más recta.
Mejor estabilidad
La base es totalmente nueva y ha aumentado de tamaño, los puntos de contacto con el suelo están más separados para mejorar la estabilidad y la suspensión delantera es de tipo McPherson, mientras que la trasera es independiente.
El interior está calcado del S-Max, con un diseño muy moderno que mezcla diferentes materiales. La diferencia la marcan las dimensiones: el Galaxy acoge con agrado a los pasajeros de las tres filas. Las dos posteriores cuentan con una regulación longitudinal independiente para cada uno de los asientos y permite, por altura, anchura y espacio para las piernas, ser ocupadas por adultos. Además, el maletero ofrece una amplia capacidad, que oscila, según la configuración de los asientos, entre los 308 y los 2.325 litros.
En España sólo se comercializa una versión con una única mecánica, ya que el 97 por ciento de las ventas del segmento son de motores diésel. La versión que llega a nuestro mercado es la Ghia, la mejor equipada. Incluye de serie, entre otros elementos, un volante multifunción, un asiento del conductor con regulación lumbar manual y altura eléctrica, una radio-CD, HMI y el Human-Machine Interfaz (una pantalla con diversas utilidades en el cuadro de instrumentos con mandos en el volante).
Suave y voluntarioso
El motor elegido para dar vida al Galaxy es un diésel de dos litros de capacidad, con turbo, inyección directa y common rail. Desarrolla una potencia máxima de 140 CV y un par máximo de 320 Nm. Es un propulsor suave y voluntarioso que trabaja con una caja de cambios manual de seis velocidades (la automática llegará en menos de un año). Los consumos homologados son realmente bajos si tenemos en cuenta su volumen y peso.
Si volviéramos la vista unos años atrás no sería concebible que un mastodonte como éste fuera capaz de mostrarse tan asentado a alta velocidad y tan aplomado en las curvas, presentando al mismo tiempo muy pocos balanceos de carrocería. Pero hoy se ha conseguido un vehículo bastante ágil, sin perder ni un ápice de comodidad. La competencia no se queda atrás (y el enemigo está en casa con el S-Max), pero el Galaxy, a diferencia de otros grandes monovolúmenes, brinda una sensación de seguridad muy elevada.