Empresas y finanzas

Enagás planea un gasoducto más largo que Argelia

Un barco de Saipem colocando un tramo de gasoducto. Foto: Archivo
Las Islas Baleares entrarán en 2009 en una nueva dimensión energética. Cocinar una tortilla ya no requerirá una bombona de butano o una vitrocerámica: podrá utilizarse el gas ciudad. Las eléctricas, las industrias y los ciudadanos podrán disfrutar de esta energía a la que tenían un acceso limitado por su insularidad.

Enagás (ENG.MC) está finalizando los trámites para iniciar la construcción de un gasoducto submarino entre Denia y Mallorca, con una primera estación en Ibiza, pero los planes de la compañía van más allá, la empresa confirmó que se prepara para llevar este tubo también hasta Menorca.

La ampliación, tal y como indicó Antonio García Mateos, director de Infraestructuras de Enagás, se incluirá previsiblemente en la próxima planificación energética que está preparando el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

El gestor técnico del sistema logró el mes pasado la declaración de impacto ambiental y ahora está adecuando sus planes para llevar a buen puerto esta obra faraónica que servirá para abastecer a las centrales de Gesa Endesa: el ciclo combinado de Ca's Tresorer (290 MW) y el futuro de Son Reus (490MW).

Años de estudio

Enagás comenzó a estudiar este gasoducto hace casi 17 años, pero el pistoletazo de salida se dio el 4 de junio de 2001 con la firma de un convenio con el Govern Balear para desarrollar un sistema de gas natural para las islas.

Dos años después, en diciembre de 2003, el proyecto dio un salto de gigante al ser clasificado como prioritario por las planificaciones del Gobierno central, es decir, de construcción indispensable. Desde entonces, Enagás logró, como ahora ha hecho con la regasificadora de El Musel, la adjudicación directa de su construcción.

Para ello, la empresa ha tenido que superar diversos estudios con los que garantizar el correcto diseño del trazado marino. Enagás realizó un estudio metoceánico, es decir, el que analiza el comportamiento de la dinámica marina, así como del clima marino.

Después se realizó una análisis de la sísmica con el que determinar las características de la zona y sus posibles afecciones y, finalmente, un estudio de reconocimiento de detalle del trazado. En este punto se incluyen prospecciones arqueológicas y análsis con sistemas de ultrasonidos para fijar la topografía de la zona.

Respeto a las recomendaciones medioambientales

Enagás, cumpliendo las recomendaciones ambientales, dará por ejemplo un giro al salir de Denia para no afectar a unas praderas de poseidonias marinas. Tras esta primera fase, la empresa ha puesto en marcha el proyecto y lleva ya realizadas 26 adjudicaciones por un importe total de 94 millones de euros para la construcción del gasoducto submarino.

"Ya tenemos las tuberías fabricadas" explicó García Mateos, que considera que la marcha del proyecto es buena. Las obras está previsto que se realicen siempre fuera de la temporada turística para que en ningun caso afecte a los negocios costeros y se han tenido también en cuenta a las Cofradías de Pescadores.

El procedimiento más complejo, explica el directivo de Enagás, siempre es la instalación del gasoducto submarino, que alcanzará una profundidad de 997 metros en el tramo de Denia a Ibiza y tendrá una recorrido submarino de 268 kilómetros en dos tramos, lo que lo convierte en el más largo de España.

Para esta labor, Enagás ha recibido ofertas de la italiana Saipem (SPM.IT)., Old Seas y Geruma, entre las que tendrá que elegir finalmente una. Saipem, por ejemplo, se encargará de construir Medgaz, el gasoducto submarino entre Argelia y España, el de mayor profundidad.

El gasoducto a Baleares se divide para su fabricación en partes de 12 metros. Estos tramos son de una aleación de acero con un grado de resistencia de X65 -uno de los más elevados- y un límite elástico de 4.588 kilógramos por cada centímetro cuadrado. Estos tubos se revisten luego de hormigón para darles el peso necesario que les haga asentarse en el lecho marino.

Rayos X

Cuando estos tramos llegan al barco encargado de instalarlo, las piezas se unen en tramos de 24 metros y pesan del orden de 5 toneladas. En cubierta, los técnicos especializados se encargan de ir soldando una con otra las piezas para encajar cada una de las partes.

Después lo recubren de un hormigón de secado rápido y, antes de sumergirlo en las profundidades del Mediterráneo, la tubería se somete a una radiografía para comprobar que la soldadura no tiene fisuras y que, por lo tanto, el gas natural que transitará por ella no tendrá fugas. Este proceso es el más rápido, pero también el más delicado ya que no se para en ningún momento durante los tres meses que dura la instalación.

En la colocación, las tuberías se someten al momento de mayor presión. En caso de rotura, la empresa instaladora se ve obligada a repescar el tramo de tubería para volverlo a soldar o para sustituir la pieza.

Inversión de 490 millones

Enagás invertirá 490 millones en los tres proyectos -gasoducto Montesa-Denia, estación de compresión de Denia y gasoducto submarino Denia-Ibiza-Mallorca-, de los que 359,67 millones irán destinados al gasoducto.

Baleares podrá recibir gas desde cualquier planta de regasificación española, pero sus principales suministradores serán las plantas de Cartagena y Sagunto.

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