Ken Lay y Jeffrey Skilling, declarados culpables por fraude y conspiración
Después de seis jornadas de desesperada espera, el jurado del caso Enron encontró al fundador de la compañía, Ken Lay, y al ex consejero delegado, Jeffrey Skilling, culpables de los cargos de conspiración y fraude en el caso considerado el padre de todos los escándalos corporativos que han azotado a Estados Unidos.
Lay, de 64 años, fue declarado culpable por los seis cargos presentados en su contra. Por su parte, Skilling, de 52 años, fue inculpado de 19 cargos de los 28 a los que se enfrentaba. ¿El castigo? Ambos ejecutivos podrían ser condenados a 45 y 185 años de cárcel respectivamente, aunque las penas podrían reducirse a 25 años cada uno. En un proceso paralelo, Lay fue inculpado, además, de fraude bancario y falso testimonio.
Disconformidad
"Obviamente, no estoy de acuerdo", declaraba un atónito Skilling minutos después de escuchar el veredicto a las afueras del tribunal federal de Houston. El ejecutivo señaló que esta "es la forma en que funciona el sistema y hemos peleado una buena lucha". El ex consejero delegado ha sido declarado culpable de un cargo de conspiración, doce de fraude, cinco por falsos testimonios y uno por manejo de información privilegiada.
El jurado estaba conformado por 12 personas. Las ocho mujeres y los cuatro hombres encargados de decidir el destino de los altos ejecutivos del frágil castillo de naipes en que se convirtió Enron no fueron persuadidos por los abogados de la defensa, Daniel Petrocelli, por parte de Skilling, y Bruce Collins, en representación de Lay. La estrategia de ambos letrados no consiguió convencer de que los intranquilos inversores, los medios de comunicación y otros subordinados, como el ex director financiero de Enron, Andrew Fastow, o los atentados terroristas del 11 de septiembre fueron factores decisivos para el derrumbe de la compañía a finales de 2001. Ese año, la compañía registró pérdidas de más de 60.000 millones de dólares y dejó en la calle a más de 6.500 trabajadores.
A pesar de la resolución del jurado Petrocelli reiteraba la inocencia de su cliente y reiteraba que el veredicto "no cambia nuestra visión de lo que ocurrió en Enron".
El juez del caso, Sim Lake, obligó a Lay a entregar su pasaporte. "De lo contrario no le dejaré abandonar este edificio", sentenció el magistrado. Además, el fundador de Enron deberá pargar una fianza de cinco millones de dólares en efectivo. Según el magistrado, ambos ejecutivos obtendrán su sentencia definitiva el próximo 11 de septiembre, aunque hasta la fecha no tendrán que someterse a ningún arresto domiciliario.
Momentos emotivos
Durante el juicio se vivieron momentos emotivos. Cuando Lay era declarado culpable de un cargo de conspiración y cinco de fraude, su hija Elizabeth Vittore, que ha sido una de las abogadas durante el caso rompió a llorar inconsolablemente. Su mujer, Linda, apretó la mano del fundador mientras secaba sus lagrimas en pleno silencio.
Tras cuatro años y medio de investigación en el caso Enron, este veredicto ha sido la guinda del escarmiento. El saldo de este proceso: 16 ejecutivos de la compañía energética declarados culpables de su derrumbe.
Paul Mcnulty, fiscal del caso, advertía a los ciudadanos que cualquier alto ejecutivo que cometa delitos de este estilo será "tratado como si fuera un criminal".