NUEVA YORK (Reuters Health) - Pacientes que se han sometido a una intervención quirúrgica de reemplazo de rodilla es común que engorden después de la operación, lo que pondría en riesgo tanto la rodilla reparada como la otra y la salud en general, según un estudio.
Médicos y pacientes piensan que, cuando desaparece el dolorpostquirúrgico, caen las barreras para hacer ejercicio y sepuede adelgazar.
"Nuestros resultados no lo respaldan", afirmó el equipo deJoseph Zeni Jr. y de L. Snyder-Mackler, de University ofDelaware, en Newark.
El reemplazo de rodilla se utiliza para tratar laosteoartritis grave.
El dolor, la rigidez y la debilidad muscular hacen que laspersonas con artritis grave en las rodillas se vuelvansedentarias, mientras que el sobrepeso puede agravar laosteoartritis al sumar tensión articular.
Zeni y Snyder-Mackler investigaron los efectos de largoplazo del reemplazo de rodilla en el peso corporal. Estudiarona 106 pacientes operados de una sola rodilla y a 31 personas dela misma edad y sin dolor de rodilla (grupo control).
Después de dos años de la cirugía, dos tercios de lospacientes habían engordado alrededor de 5,4 kilos. El terciorestante había perdido unos 1,8 kilos. En el grupo control nose registró un aumento del peso corporal.
Los pacientes con reemplazo de rodilla que habían engordadosufrieron un debilitamiento de los cuadriceps y de los músculosde los muslos entre 1 y 2 años después de la cirugía, mientrasque no hubo cambio en la fuerza muscular del grupo que habíaadelgazado.
En el grupo control se registró un leve debilitamiento delos músculos de los muslos, pero menos que en los pacientes conreemplazo de rodilla que habían engordado.
Dada la gran carga adicional en las rodillas de laspersonas que engordan bastante después del reemplazo y que lospacientes tienden a recargar más peso sobre la no operadadespués de la cirugía, el aumento de peso aceleraría el avancede la artritis en la rodilla tratada.
El hecho de que las personas que engordaron también teníancuadriceps más débiles, lo que está asociado con una peorfuncionalidad, podría también elevar la posibilidad de quenecesiten un reemplazo en la segunda rodilla.
Es más, el equipo señaló que el sedentarismo y el aumentode peso también pueden elevar el riesgo de que las personassufran infartos y otros problemas cardiovasculares.
Zeni y Snyder-Mackler recomendaron que los médicosconversen con sus pacientes antes y después de la cirugía derodilla sobre la importancia de mantener un peso saludable.
Si una persona sigue sintiendo dolor en la rodilla que ledificulta hacer actividad física, puede probar hacer gimnasiaacuática, natación o ejercicios del tronco para mejorar laaptitud cardiovascular.
FUENTE: Osteoarthritis and Cartilage del 2010.