CHALA, Perú (Reuters) - El presidente peruano, Alan García, dijo el martes que podría "mejorar" las leyes que han enojado a miles de mineros informales que llevan a cabo una dura protesta, pero afirmó que no dialogará con ellos mientras bloqueen una carretera clave que ha aislado el sur del país.
El anuncio se produce después de que congresistas de la oposición plantearan revisar una serie de normas cuestionadas promulgadas por el Gobierno que tratan de cuidar el medio ambiente, poniendo presión sobre el Ejecutivo para sofocar un conflicto que afecta al vital sector económico del país.
"Una vez que no haya una medida de violencia se puede mejorar, si es para bien, es para mejorar, es para que haya un acuerdo de formalización señalando algunos plazos, tal vez alargando los plazos", dijo a periodistas García, suavizando un poco su postura de las últimas horas sobre el tema.
Los mineros informales permanecen atrincherados en una carretera crucial del sur de Perú en una protesta que desde su inicio el domingo ha causado seis muertos por enfrentamientos con la policía.
Los disturbios se produjeron en la localidad de Chala, en la región de Arequipa, a más de 600 kilómetros al sur de Lima.
El grupo internacional Human Rights Watch pidió al Gobierno peruano que investigue las muertes. Cinco de los fallecidos presentan heridas de bala en el cuerpo, según un informe de la Defensoría del Pueblo de Perú.
Los altercados causaron también 20 heridos, 13 de ellos de bala.
En tanto, en la región selvática de Madre de Dios, donde los mineros también protestaron pero sin incidentes, los dirigentes levantaron el martes por la noche su bloqueo durante 48 horas para propiciar un diálogo con el Gobierno, dijo el primer ministro, Javier Velásquez, a periodistas.
El líder opositor y militar retirado, Ollanta Humala, dijo que su partido presentará en el Congreso una petición de vacancia presidencial por "incapacidad moral" de García, a quien responsabiliza por las muertes de los civiles.
SIN DIALOGO
La interrupción de la carretera ha aislado parte del sur de Perú, principalmente a la ciudad de Arequipa, la segunda ciudad más importante del país, que registra pérdidas de 3 millones de dólares diarios, según la Cámara de Comercio.
Los manifestantes, principalmente productores de oro, también persiguen que se elimine un decreto de urgencia que según afirman afecta a su "único sustento de vida", pero el Gobierno ha rechazado esa pretensión y pide el fin de la protesta.
Las normas fueron aprobadas para ordenar la actividad informal en el sector, que actúa sin planificación en zonas de la selva o ríos y contamina el medio ambiente.
"Nadie se sienta a negociar con una pistola en la cabeza puesta por un seudo empresario que explota personas y destruye el medio ambiente", dijo el mandatario García.
La minería informal ha aumentado en los últimos años y representa hasta el 20 por ciento de la producción de oro del país, según expertos. El precio del oro se mantiene alto tras tocar niveles récord en el 2009 en medio de la crisis global.
Muchos de los mineros han llegado desde zonas altoandinas, donde la minería es ancestral y el único medio de vida.
"Nosotros extraemos tres o cuatro pepitas de oro cada cuatro días y es sólo para subsistir y no para tener una fortuna", dijo uno de ellos que declinó ser identificado.
La minería formal es uno de los motores de la economía local y representa casi el 60 por ciento de las exportaciones del país sudamericano. Perú es el sexto mayor productor mundial de oro, el segundo de cobre y el primero de plata.
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