
La cartera inmobiliaria de las entidades financieras no está compuesta únicamente por viviendas provenientes, en su mayoría, de embargos -y que estarían en torno a las 100.000 unidades-. También solares vacíos se hallan en manos de los bancos y son para ellos un problema aún si cabe mayor. Para darles salida se meten a promotores.
Si la banca no se cansa de recordar a la sociedad que lo último que quiere es quedarse con un piso proveniente de un embargo, por los muchos recursos que le cuesta su gestión amén de tener que hacer una provisión de fondos del 10% del valor de tasación de cada vivienda que queda en sus manos, aún peor les resulta aceptar como pago de deudas contraidas un solar.
En los últimos años, la quiebra de varias promotoras inmobiliarias ha convertido a las entidades financieras en dueñas de suelos de los que no pueden obtener 'cash'. Ante este panorama, a los bancos no les está quedando más salida que la de convertirse en promotores y levantar pisos en esos terrenos.
Según publica el diario El Mundo, el Banco Sabadell habría sido la primera entidad en aventurarse en estas empresas explorando el mercado de la construcción de viviendas protegidas de alquiler a través de su brazo inmobiliario Solvia.
Siguiendo el ejemplo de la entidad catalana, Banco Santander, Banesto y Banco Popular ya están moviendo ficha en el mismo sentido con el objetivo de aliviar el peso de los terrenos en sus carteras. En estos casos promoverían residenciales a precios muy ajustados y pisos en cooperativa.