
El presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Iñigo Urkullu, tiene muy claro que tener empresas fuertemente vinculadas al País Vasco y a su tejido industrial es una variable determinante para su desarrollo económico. De ahí que ahora una de sus grandes preocupaciones sea la enmienda del ladrillo (cuya tramitación se aplazó al 6 de abril) que abandera Rodríguez Zapatero para la eliminación de las limitaciones de los derechos de voto. ACS pidió por carta a los fondos que Iberdrola no vetara su entrada.
A su juicio esta medida improvisada es especialmente perniciosa para Euskadi, ya que siembra dudas sobre el anclaje futuro de Iberdrola o Petronor (Repsol) en este territorio. Diferente es, para Urkullu, la pugna entre la actual dirección de la eléctrica vasca y su principal accionista individual, ACS, en la que aboga por buscar una fórmula que permita el acceso de dicho primer accionista al consejo de administración.
El primer ?round? de la enmienda y de la junta de Iberdrola está superado. ¿Queda una batalla dura por delante?
Confluyen las dos cuestiones, lo que es la aspiración de un accionista a tener un puesto en el consejo de administración de una empresa como Iberdrola, con una enmienda que se presenta. Para nosotros la enmienda es algo que va mucho más allá de Iberdrola.También afecta a una empresa como es Petronor. Lo que a mí me produce una preocupación no es la "batalla" que pudiera darse en el consejo de Iberdrola (IBE.MC), sino que son otros los protagonistas que puedan movernos a alguna consideración.
Desde algunos ámbitos se interpreta que la enmienda responde a la presión ejercida por constructoras como ACS o Sacyr sobre el Gobierno. ¿Lo que pueden ser aspiraciones a corto de algunos accionistas puede abrir un melón más peligroso?
Sí, se puede hacer la interpretación en el caso concreto de Iberdrola de que pueda obedecer, en alguna medida, a un deseo no satisfecho por parte de ACS (ACS.MC) de tener una representación en el consejo de administración. Nuestra preocupación es la enmienda. Me pregunto cuántas empresas hay en el estado español de capital propio y mayoritario. No lo sé. Pero si sé lo que suponen Petronor e Iberdrola para el desarrollo económico de Euskadi y las pymes. Y a mí me preocupa lo que la enmienda supone para Euskadi en el medio y largo plazo.
¿Estima legítimo que ACS, que controla un 12% de Iberdrola, quiera estar en el consejo?
Eso yo no lo discuto. Desde luego que no parece lógico que no esté, salvo por esa disquisición de los conflictos de intereses. Pero creo que también hay mecanismos de control de los propios consejos de administración. En todo caso, en la representación que existe en cada uno de los consejos de administración, así, a simple vista, no es fácil de entender que un accionista de referencia no tenga la posibilidad de tener un puesto en el consejo.
¿Se podría decir que la oposición numantina de Iberdrola ha podido desencadenar la presentación de la enmienda?
Son cosas que tienen su concomitancia en las personas que están detrás, pero que en su origen no creo que tengan una conexión. Salvo que al final la fuerza de los hechos va mezclando desgraciadamente las cosas. Si no hubiera habido una crisis financiera que afectara al sector de la construcción, quizás no estaríamos interpretando que el interés que pueda tener alguno de los accionistas sea el de obtener plusvalías para financiar una deuda. Pero todo coincide en el tiempo, lo cual es un mal consejero para hacer una interpretación justa.
¿Han contactado desde el Gobierno con el PNV para tranquilizar las aguas?
Lo único que sabemos desde la representación del Grupo Vasco en el Congreso es que en las conversaciones planteadas en la mesa para la crisis la respuesta ha sido "esta es una cuestión del presidente del Gobierno". Ni desde Presidencia del Gobierno español, ni desde ningún ministro, se ha hablado con el PNV.
¿Y ACS ha contactado con su partido?
Tanto, por parte de ACS, como por Petronor e Iberdrola, ha habido comunicaciones en relación a la enmienda. Pero tengo que decir, con absoluta honestidad, que nosotros no nos hemos dejado influir en nuestra posición como grupo por parte de nadie.
Es decir, para el PNV la cuestión es Iberdrola, no quien integre su consejo de administración.
Sí. Siempre respondemos lo mismo. La sede social es muy importante por los efectos fiscales, pero sobretodo, siendo un pueblo pequeño de 2,2 millones de habitantes, lo queme importa realmente es el compromiso de esa empresa con su entorno y su proyecto industrial. No caemos en lo que pueden ser los intereses ya más particulares de las personas que son de referencia en un proyecto u otro. Pero insisto, Iberdrola no es la única preocupación del PNV, también está Petronor.
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