Empresas y finanzas

Eiffage impugnará en los tribunales la opa de Sacyr que considera "hostil"

París, 23 abr (EFECOM).- La dirección de Eiffage se mostró hoy en orden de batalla frente a la opa de su principal accionista, Sacyr, que no sólo consideró "hostil", sino que anunció que la impugnará ante los tribunales por considerar que la constructora española se ha saltado a la torera la normativa bursátil francesa.

Sin sorpresas, el consejo de administración del grupo francés de construcción y concesiones rechazó "por unanimidad" el proyecto de oferta presentado por Sacyr el pasado día 19 porque -según los términos de su comunicado- "no cumple las disposiciones legislativas y reglamentarias que le son aplicables".

En consecuencia, Eiffage se decanta por que sea la justicia la que decida, puesto que su dirección se personará como acusación particular junto al fondo Eiffaime, que agrupa el 5% del capital en manos de los propios directivos.

La demanda se sustentará en las supuestas "irregularidades que resultan de la acción de concierto" entre Sacyr -que tiene el 33,2% de Eiffage- y los otros 89 accionistas españoles -que cuentan con un 17,5%-, y a los que precisamente por esas sospechas la mesa de la junta les privó de derechos de voto en la asamblea del pasado miércoles.

Los administradores de la compañía francesa consideraron que, aun sin querer reconocerlo, la constructora española controla en la práctica más de un tercio del capital, lo que le obligaría a lanzar una oferta sobre el 100% del capital a un precio al menos igual al mayor que ha pagado por esos títulos y con una opción de que los actuales accionistas sean remunerados integralmente en efectivo.

Según las informaciones de que dice disponer el consejo del grupo francés, algunos de los accionistas españoles que compraron acciones de Eiffage en las últimas semanas llegaron a pagar 129,3 euros por acción.

Ese precio hay que compararlo con los aproximadamente 107 euros de la opa que presentó Sacyr sobre el 66,7% que formalmente no controla en Eiffage, y que sólo contempla la opción de un canje de acciones a razón de doce títulos propios por cada cinco de la compañía francesa.

La constructora española había defendido que su oferta fuera únicamente por canje de títulos para que así siguieran en el capital los empleados y los directivos de Eiffage -que tienen el 22,4% y el 5% respectivamente-, con el argumento de que eso constituye una garantía de estabilidad para una empresa que a su juicio funciona bien y no debe cambiar de rumbo operativo.

Los administradores de la sociedad francesa plantean una objeción suplementaria en términos de procedimiento a la opa y exigen que Sacyr presente, además, una oferta distinta sobre su principal filial, la concesionaria de las Autopistas París Rin Ródano (APRR), por considerar que se trata de un "activo esencial".

Antes de que se pronuncie la justicia -a la que Sacyr ha amenazado con recurrir igualmente por las acusaciones de acción concertada con los otros accionistas españoles-, se espera el dictamen de la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) de aquí al próximo 3 de mayo sobre los términos de la opa.

Pero más allá del frente procedimental, el presidente de Eiffage, Jean-François Roverato, y todo su equipo reiteraron su negativa a fusionarse con Sacyr por razones operativas y de negocio, ya que a su juicio no se ha podido demostrar ningún interés para ambos grupos pese a las catorce reuniones bilaterales que han llevado a cabo en los últimos meses.

Esos encuentros -aseguró la dirección del grupo francés- "no han permitido identificar un eje estratégico común, ni sinergias, ni siquiera una pista para eventuales proyectos de cooperación entre las dos empresas, lo que deja sin interés económico o industrial para Eiffage el proyecto de fusión contemplado por Sacyr".

La constructora española, sin embargo, considera que más allá de la adición de la facturación de los dos grupos, la fusión generaría 2.500 millones de euros suplementarios de cifra de negocios, lo que daría lugar al "número cuatro" europeo del sector, y eso sin ninguna supresión de empleo, que suele ser uno de los grandes vectores de reducción de costes en casos de concentración. EFECOM

ac/jla

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