Empresas y finanzas

Un año de la caída de Caja Castilla-La Mancha y todo por hacer

Las cajas se mueven lentamente para cerrar las fusiones entre las advertencias "inminentes" por parte del regulador.

Hoy se cumple un año de la intervención por el Banco de España de Caja Castilla-La Mancha (CCM) y su situación, al igual que la de muchas entidades, se ha encauzado, pero no se ha resuelto del todo. De otras, las que el gobernador llama díscolas, ni siquiera hay planes concretos y podrían caer en la misma red que la manchega.

En los doce meses desde que el supervisor decidiera tomar las riendas de CCM, aunque lo anunciara públicamente dos días después para coincidir con el mercado y las oficinas bancarias cerradas, muy poco se ha avanzado en el llamado proceso de reestructuración del sistema financiero. Por el momento, sólo hay seis fusiones en marcha, con distintas velocidades en su desarrollo, pero ninguna culminada, y el periodo dado por Bruselas para recurrir a las ayudas públicas se agota, a pesar de que el Gobierno piensa ya reclamar una prórroga de tres meses, hasta septiembre. Algunos expertos y directivos del sector indican que la extensión podría llegar incluso a diciembre, porque "aún queda casi todo el trabajo por realizar".

Amenazas crecientes

Esta misma semana el máximo responsable del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, elevaba su tono y por primera su discurso hablaba de intervenciones y consecuencias para los gestores de aquellas cajas, con balances dañados, que todavía permanecen al margen de las integraciones si no comienzan a moverse de manera inmediata. Fuentes del sector comentan sottovoce que durante los días festivos de Semana Santa podría dar un golpe en la mesa y hacerse cargo de alguna entidad. Aseguran que sería el momento perfecto, porque no genera pánico en la ciudadanía. A modo de anécdota, el Partido Comunista fue legalizado en Sábado Santo en la transición democrática.

Pero las mismas fuentes dudan de que se vaya a producir una intervención por la imagen de debilidad que se daría a los mercados en plena crisis griega, cuando desde muchos púlpitos se ha asemejado España con Grecia. "Por muy pequeña que fuera la entidad, los mercados penalizarían duramente a todo el sector financiero, con ventas masivas de acciones y con una muy probable rebaja del rating crediticio", señalan.

Toreando al Banco de España

En el sector coinciden que una o, incluso, varias intervenciones, acelerarían el proceso de fusiones. "Las cajas, sus gestores y las comunidades autónomas verían las orejas al lobo y dejarían de poner trabas", considera el responsable de una consultora que prefiere guardar el anonimato. "Lo que no se puede explicar es cómo Caixa Girona ha abandonado dos proyectos, el de Caixa Cataluña y el de las comarcales catalanas, y no ha pasado nada", añade, para después decir "que es el ejemplo más claro de cómo las cajas están toreando al Banco de España, porque saben de sobra que no va a actuar por el impacto que podría tener su decisión sobre el conjunto del país".

La incertidumbre es máxima sobre la reestructuración y la banca ya se ha quejado, llamando a la responsabilidad de los gestores de las cajas para que "de una vez por todas" se pongan manos a la obra y sigan el camino de las entidades que ya han dado el paso decisivo tras haber encontrado infinidad de complicaciones.

En doce meses ha habido muchos problemas e inconvenientes en todos los procesos. Caja Burgos se salió de la gran caja castellano leonesa (con Caja España y Caja Duero) y ha preferido unirse a Caja Navarra y Caja General de Canarias a través de la creación de Banca Cívica, después de que SaNostra se desmarcara; CCM se va a convertir en un banco tras la adjudicación de sus activos a Liberta, filial de Cajastur; las extremeñas se lo han pensado dos veces y, de momento, no quieren ninguna alianza con Cajasol y Caja Guadalajara; y CajaSur aún duda de su unión a Unicaja y Caja Jaén, a pesar de la contundente amenaza del Banco de España.

La operación más avanzada es Banca Cívica. Las asambleas de Caja Navarra y Canarias ya ha aprobado el proyecto y hoy, previsiblemente, lo hará la de Caja Burgos. Pese a que en teoría es el plan más complejo por la formación de una nueva sociedad que será de naturaleza jurídica privada (a diferencia de las cajas), la inexistencia de ayudas públicas y la fortaleza relativa de sus integrantes han ayudado a animar esta fusión fría, que se firmará ante notario el 1 de abril.

El supervisor anunció ayer que ha reforzado la regulación de estas alianzas, denominadas Sistemas Integrales de Protección (SIP) y ha condicionado su constitución a un periodo mínimo de 10 años.

Otras operaciones avanzadas son las dos catalanas. La liderada por Caixa Catalunya se aprobará definitivamente a mediados de mayo, al igual que la emprendida por las cajas de Terrassa, Sabadell y Manlleu. Sendos proyectos han contado con el respaldo de Bruselas y del Banco de España. Las ayudas con las que contarán son de 1.250 millones y 380 millones, respectivamente.

La fusión de Duero y España también ha sido autorizada por el regulador, pero su desarrollo va más lento. Aún no se ha firmado el plan laboral, condición sine qua non para que se lleve a cabo. Para dar un espaldarazo y intentar arrastrar a otras entidades a integrarse, el regulador ha dado luz verde al dinero del Frob que se destinará a esta operación, 525 millones.

Más encallado está el proyecto de Unicaja y CajaSur, para el que se contempla una inyección por parte del Fondo de Garantía de Depósitos de 990 millones de euros. Ni los trabajadores ni la dirección de la cordobesa ven con buenos ojos el plan con la malagueña. El objetivo es que durante la primera mitad de 2010 se llegue a una solución, sobre todo por las cuantiosas pérdidas de la entidad controlada por el Cabildo de Córdoba. CajaSur obtuvo
el ejercicio pasado números rojos de 596millones de euros.

El plan para la manchega

El avance de la absorción de CCM por Cajastur camina también lento, pero no tanto. Ayer los trabajadores y la dirección alcanzaron un pacto importante de cara a la resolución definitiva de la operación. No habrá despidos.Todos los ajustes de personal se realizarán a través de prejubilaciones y bajas incentivadas, que afectarán a unos 300 trabajadores.

La integración está prevista que se cierre en junio. Para ello, tendrán que celebrarse las asambleas correspondientes. En los últimos meses los administradores de la manchega han trabajado principalmente para conseguir el máximo consenso para que los sindicatos e impostores den el sí a un operación compleja, que provocará la desaparición de la caja, la primera en la historia del sector.

En la actualidad diferentes bancos de inversión y consultores contratados por la asturiana elaboran el informe que servirá de base para la separación de los activos para una posterior liquidación de CCM. El negocio estrictamente bancario se lo quedará Cajastur a través de
la filial Liberta. El resto se mantendrán en una fundación, que destinará las ganancias a obra social. Los recursos de esta institución serán la cartera de participadas, principal fuente de pérdidas para la caja en los últimos años -como el aeropuerto de Ciudad Real e inversiones inmobiliarias-, que poco a poco se irán vendiendo, y los dividendos que le aporte Liberta por su calidad de accionista, con un 25 por ciento de la participación.

El encargado de la venta de la cartera industrial será Cajastur. El Banco de España, fruto de la adjudicación,
le ha conferido esta labor durante los próximos siete años a cambio de una comisión. El contrato de la adjudicación también contempla ayudas para la asturiana por los riesgos crediticios de la manchega. El Fondo de Garantía de
Depósitos
aportará 2.475millones para cubrir posibles impagos, además de los 1.300 millones por la inyección de capital que ya obtuvo después de la intervención y las ayudas de liquidez de 1.500millones. Entretanto, todas las demás cajas contactan unas con otras para llevar a cabo integraciones. En Galicia la Xunta pretende una fusión de las dos entidades (CaixaGalicia y Caixanova), las extremeñas buscan pareja ymiran hacia Madrid o unirse a Banca Cívica, al igual que las castellanas Ávila y Segovia. Las catalanas Caixa Laietana y Penedés, tras su frustrada unión, esperan a encontrar oportunidades en otras regiones. Un grupo amplio de entidades intentan crear una integración virtual -entre otras, Caja Murcia, Cajastur, SaNostra, Caixanova, Caja Granada, Caja Cantabria- con unos activos superiores a 100.000 millones. Y Caja Madrid espera a Caixa Galicia y CAM.

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