NUEVA YORK (Reuters Health) - Los niños con dolores de estómago sin explicación se sentirían mejor si ellos y sus padres van a terapia, de acuerdo a un nuevo estudio.
Los médicos deben reconocer el papel de los padres en lacapacidad de un hijo de superar ese tipo de dolor, destacaronlos autores de la investigación.
"La educación y el respaldo de los padres a favor de esacapacidad en sus hijos serían un aspecto importante paratrabajar con esas familias", escribieron en American Journal ofGastroenterology.
El dolor abdominal funcional, sin causa física aparente, esun problema infantil común, señaló el equipo de la doctora RonaL. Levy, de University of Washington, en Seattle. Los fármacosno alivian ese dolor, que suele prolongarse hasta la edadadulta y relacionarse con el colon irritable.
Cuando los padres responden inadecuadamente al comentariode los niños sobre el dolor de estómago, el equipo afirma quepueden agravar los síntomas. Ejemplos de esas respuestasincluyen dejarlos faltar a la escuela y hacerles regalos odarles los gustos.
Para investigar si mejorar la forma en que padres e hijossobrellevan el dolor ayuda a aliviar ese malestar abdominal sincausa, el equipo le indicó al azar a 200 pares de padres-hijosrecibir "Terapia de Aprendizaje Social/Cognitiva-Conductual" ointegrar un grupo de apoyo educativo.
Los niños tenían entre 7 y 17 años.
El primer grupo recibió tres sesiones con entrenamiento enrelajación y debate sobre cómo avanzar en estrategias desuperación sin resultado a enfoques más útiles.
En cambio, el segundo grupo recibió la misma cantidad detiempo de atención de los terapeutas, pero las sesionesincluyeron información sobre la anatomía y el funcionamientogastrointestinal y guías nutricionales.
Ambos grupos mejoraron, pero la "intensidad del dolor",según los padres, y la gravedad de las quejas estomacales,según padres e hijos, bajaron más en el grupo tratado con elnuevo enfoque.
Además, en los niños de ese grupo aumentó más su capacidadde distracción del dolor, mientras que sus padres comenzaron aresponder más apropiadamente a la dolencia.
"Los más importante" para el equipo es que muchos de esosavances persistían a los 6 meses, destacaron los autores.
Según los resultados, el equipo opina que la derivación deesos niños y de sus padres a un terapeuta conductista "sería lomejor en algunos casos".
FUENTE: American Journal of Gastroenterology, online 9 demarzo del 2010.