Empresas y finanzas

Dogi aplaza la sucesión familiar en busca de la ansiada rentabilidad

Dogi ha aplazado la sucesión familiar en busca de la ansiada rentabilidad. Foto: Archivo
Algo se mueve, y no es una ola pequeña, en la cúpula de Dogi. La compañía textil catalana con sede en la localidad costera de El Masnou (Barcelona) fue fundada en 1954 por la familia Domènech.

La marca Dogi (DGI.MC) hace honor a la conjunción de las dos primeras letras del apellido paterno y materno del actual presidente, Josep Domènech Giménez. Pues bien, en los próximos días el presidente y fundador del grupo, Josep Domènech, dejará sus funciones ejecutivas en la empresa. Con lo que algo del origen familiar se perderá en favor de un nuevo director general de apellido complicado. Se trata de Karel Schröder, que actualmente tiene un puesto en el consejo de administración y que es accionista minoritario con el 0,070 por ciento del capital.

En busca de la rentabilidad

Aún no está decidido si Schröder ocupará el puesto de consejero delegado o el de director general, pero lo que está claro es que Domènech prepara la sucesión con el nombramiento de un gestor que acompañe a su hijo -Sergi Domènech- en el largo camino de la textil por recuperar la rentabilidad.

Josep Domènech (padre) seguirá siendo presidente de la empresa y mantendrá su participación en el capital, el 25 por ciento de las acciones. Pero en lugar de elevar a su hijo Sergi -actual director de ventas y marketing- ha optado por Karel Schröder, ex vicepresidente ejecutivo de la división de salud de Air Products, que compró la extinguida Carburos Metálicos.

Los cambios responden al deseo de profesionalizar la gestión y la necesidad de volver a los beneficios ante la creciente competencia del textil barato asiático que ha irrumpido en España. La competencia china se ha llevado por delante en Cataluña desde 1995 más de 190.000 empleos y doscientas empresas. Y Dogi necesita renovarse para sobrevivir. La empresa, que fabrica tejidos elásticos para moda íntima, recortó su plantilla en sesenta personas. El grupo perdió 197.000 euros en 2005, un 92 por ciento menos que en 2004. Y registró pérdidas de 15,64 millones de euros en 2006 y prevé volver a los beneficios en 2007.

Renovarse o morir

Para este año, los directivos prevén conseguir un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 19 millones. Para ello, el nuevo director general de Dogi deberá consolidar las compras realizadas el último año. Después de sus recientes inversiones en fábricas en Sri Lanka, la multinacional textil española ha comprado el cien por cien de la estadounidense Elastic Fabrics por 25,8 millones.

La compañía catalana tiene una capitalización bursátil de 197,6 millones de euros. La empresa quiere invertir 53 millones en compras hasta 2010. Ése es el plan de negocio que heredará Schröder de Josep Domènech. Actualmente, controla el 10 por ciento del mercado americano. En Europa y Asia Dogi ha optado por la segmentación de tejidos elásticos para suministrar a los fabricantes de marcas de diseño como Victoria Secret's y otros clientes.

Pero la textil ha vivido deserciones, como el caso del fondo de inversión Holte Capital, que se desprendió el año pasado de 495.000 títulos de la compañía, con lo que ha reducido su participación. Otros accionistas fieles a Dogi son Rafael Español (La Seda), Fiatc, Credit Suisse y Jorge Torras.

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