Los dueños del resort de golf Sawgrass Marriot, ubicado en Florida, ya no podrán celebrar más campeonatos PGA Tour. Ni organizar ruedas de prensa para que Tiger Woods pida disculpas públicas por sus múltiples infidelidades. El exclusivo complejo ha decidido acogerse a la protección por bancarrota, después de que su principal acreedor, Goldman Sachs, ejecutara su hipoteca.
RQB Resort, compañía dueña del que el considerado uno de los diez mejores campos del mundo por la revista estadounidense Golf Digest, ha presentado ante el Tribunal de Bancarrota unos activos por valor de 500 millones de dólares, y una deuda por la misma cantidad.
En julio de 2006, la división de hipotecas comerciales de Goldman Sachs ayudó a la firma a financiar la compra del resort de 65 acres, que supuso un desembolso de 220,5 millones de dólares. El banco de inversión, al que RQB aún le debe 192,5 millones de dólares, dejó de recibir sus pagos el pasado agosto.
Sin acuerdo de refinanciación
Al parecer, Goldman y RQB, a través del broker Perella Weinberg Partners, llevaban tres meses negociando una posible refinanciación de la deuda. Según la estadounidense, antes de producirse la ejecución hipotecaria pensó que Perella y Goldman ya habían alcanzado un acuerdo.
Ya en octubre la entidad amenazó a RQB con ejecutar la hipoteca del club Sawgrass. "Cuando a principios de noviembre le preguntamos por qué la reestructuración de la deuda ya no era una alternativa, desde el banco nos dijeron que la directiva había cambiado de opinión y preferían ser dueños del resort", explica la firma en los documentos presentados ante la corte que estudiará su quiebra.
Además, los dueños de RQB aseguran que solicitaron a Goldman más tiempo para encontrar capital con el que hacer frente a sus compromisos financieros, y que la entidad ?sólo accedió a dárnoslo en el caso de que renunciáramos a nuestro derecho a declararnos en quiebra si la situación así lo requería, además de otras restricciones?.
El mea culpa de Tiger Woods
