Empresas y finanzas

Otra tormenta en Wal-Mart: dormir con un compañero puede costar el despido

Las relaciones personales en el trabajo le pueden traer problemas. Ilustración: LPO
Dormir con un compañero de trabajo puede ser un asunto arriesgado, y quizá todavía más si trabaja para Wal-Mart, la mayor compañía mundial de venta al por menor. En diciembre pasado, la firma, con sede en Arkansas, despidió a Julie Roehm, una alta ejecutiva recientemente contratada por la empresa, y a su colega Sean Womack.

En aquel momento, la compañía rehusó hacer ningún comentario sobre los motivos de la salida, pero comenzaron a extenderse rumores de que la pareja había vivido un romance. En enero, Roehm demandó a Wal-Mart por despido improcedente y negó las acusaciones de "conducta inadecuada" lanzadas contra ella y Womack por la empresa.

Como bien saben sus críticos y competidores, para Wal-Mart, la mejor defensa es un buen ataque. En este caso ha aireado con gran detalle las pruebas de la conducta de Roehm y Womack y ha destapado el temible comportamiento de su servicio de vigilancia interna.

Quebraderos de cabeza

Los empleados que asumen comportamientos indebidos pueden provocar grandes quebraderos de cabeza a las empresas, y Wal-Mart no es la única que investiga a sus trabajadores con el objeto de protegerse contra el fraude y la revelación de secretos comerciales.

Pero pocas compañías son tan despiadadas como ella a la hora de controlar a sus empleados, pues cuenta con un equipo de 400 "espías" -antiguos miembros de los departamentos de seguridad del Estado- liderados por Kenneth Senser, ex directivo del FBI.

A principios de este mes Wal-Mart presentó la nueva política de la empresa: "Consideramos que los ejecutivos deben tener una conducta especialmente adecuada en comparación con otros empleados, y tenemos buenas razones para ello: toman decisiones que afecta a la vida y bienestar de la plantilla y los accionistas; y sus acciones conforman el futuro de la empresa".

A continuación, la empresa afirma que Roehm "antepuso sus propios intereses" y "desacató políticas expresamente formuladas por la compañía, por no mencionar los principios básicos de la ética empresarial". Wal-Mart acusó a Roehm de utilizar viajes pagados por la empresa en su romance con Womack, de aceptar comidas de competidores y de negociar el traslado a otra compañía.

Técnicas del FBI

Todo empezó cuando Roehm comenzó a trabajar en la oficina de Wal-Mart en Bentonville, Arkansas, en enero de 2006 y conoció a Womack, un empleado temporal y casado.

Los investigadores de Wal-Mart se pusieron en contacto con la esposa de Womack, Shelley, a quien conminaron a declarar bajo juramento acerca de cómo descubrió la relación sexual existente entre su marido y Roehm y a entregarles docenas de correos electrónicos enviados desde su cuenta privada.

"Te echo ridículamente de menos", comenzaba uno de los mensajes de Roehm a Womack. En otro, era Womack el que escribía: "Gracias por cuidar de mí". A lo cual Roehm contestaba: "Nos cuidamos mutuamente… Es la única forma de que salgamos adelante".

Roehm consiguió pronto un trabajo fijo para Womack en Wal-Mart. Según reza la demanda presentada por la compañía, "estaba impaciente por conseguir que su nuevo amigo trabajase directamente para ella de forma cotidiana".

Búsqueda de pruebas

En su búsqueda de pruebas, los investigadores de Wal-Mart convencieron a grandes empresas de publicidad para que les entregasen mensajes confidenciales de correo electrónico, recibos de comidas y notas de las reuniones. Según Wal-Mart, Roehm aceptó una caja de vodka Effen, valorada en casi 400 dólares del jefe ejecutivo de Draft FCB, una compañía de publicidad, lo cual contravenía la política de la empresa, y Roehm describió el regalo como "un enorme punto a su favor" en su correo de agradecimiento.

Los investigadores de la firma llegaron incluso a seguir la pista de la pareja hasta la habitación de un hotel Holiday Inn en Guatemala donde, con la oreja pegada a la puerta, oyeron "gemidos y suspiros".

Por su parte, Roehm y Womack niegan que hayan entablado relaciones sexuales o hecho nada malo. La semana pasada, en una declaración publicada por su abogado, Roehm acusó a la empresa de llevar a cabo una "campaña de difamación" basada en "testigos anónimos y el uso selectivo de correos electrónicos sacados de contexto".

Precedentes

El caso continúa y los tenaces investigadores de la compañía siguen haciendo su trabajo. No es la primera vez en que los "sabuesos" de Wal-Mart han tenido que abalanzarse sobre su presa. El mayor caso al que se han enfrentado fue el de Thomas Coughlin, otrora protegido del fundador de Wal-Mart Sam Walton. En 2005, Coughlin fue despedido tras ser acusado de utilizar fondos de la empresa para pagar artículos como cerveza, botas de caza, un jeep y una caseta para el perro. El total de su robo, según Wal-Mart, superó los 500.000 dólares.

Sin embargo, es posible que el éxito en la vigilancia del personal tenga un precio, explica James Cox, catedrático de Derecho de la Duke University. "Estas cosas es mejor tratarlas de forma confidencial. Este tipo de publicidad no beneficia a nadie, aunque se tenga razón".

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