
El vehículo de inversión del gurú Warren Buffett ha perdido definitivamente el estatus de triple A. Y todo gracias a la compra de Burlington por 44.000 millones de dólares. Ayer, S&P rebajó la calificacion crediticia de Berkshire Hathaway de 'AAA', la máxima posible, a 'AA+'. Antes, Fitch y Moody's tomaron la misma decisión en marzo y abril, respectivamente.
El pasado 26 de marzo, y después de que Buffett anunciase la adquisición del operador ferroviario Burlington Northern Santa Fe Corporation, la agencia de calificación estadounidense informó de que había cambiado su perspectiva sobre la compañía de "estable" a "negativa" ya que consideraba que podría no ser capaz de impulsar su capital en uno o dos años.
Burlington 'pesa'
"La compra del ferrocarril reducirá lo que históricamente ha sido una adecuación de capital y una liquidez extremadamente fuertes", señaló S&P.
Buffett defendió la compra, la más cuantiosa de la historia de su firma, como "apuesta total" por la economía de Estados Unidos, pero ha recibido numerosas críticas por ella. Berkshire está asumiendo deuda para poder completar la operación. De hecho, ayer anunció que planea una emisión de deuda por un importe de 8.000 millones de dólares, que destinará a financiar la adquisición.
El Oráculo de Omaha aseguró en mayo que la rebaja de rating por parte de Fitch y Moody's "no tiene impacto económico" en la firma que dirige, aunque sí reconoció en una entrevista a Bloomberg Television que "mi orgullo puede estar un poco herido".
3.000 despidos
Pero las malas noticias para Berkshire Hathaway, que cotiza en el S&P 500 desde la pasada semana, no terminan aquí. Ayer anunció que la demanda en varias de sus unidades de negocio registró importantes descensos durante el pasado ejercicio, por lo que ha recortado 3.000 puestos de trabajo desde diciembre.
Según explica en un informe, Berkshire y sus subsidiarias emplean unas 222.000 personas, lo que supone un 1,3% menos de las que formaban parte de su plantilla hace seis semanas, y casi 10% por debajo de los 246.083 mencionados en el informe anual de 2008 de la compañía.
"Si uno mira nuestro negocio de alfombras, nuestro negocio de ladrillos, nuestro negocio de aislamiento térmico, todos han tenido significativas reducciones en el empleo", manifestó el multimillonario inversor en una entrevista en Omaha el 20 de enero. "El día en que entren los pedidos, volveremos a contratar. Pero no hay motivo para contratar gente si no tienen nada que hacer", añadió.