Una aceleración de deportivo, una suavidad de marcha insuperable y unos consumos ajustados. Estos son los puntos de arranque de los que hace gala el Lexus GS 450h, un automóvil híbrido que combina la fuerza de dos motores, uno convencional y otro eléctrico.
Su precio, 74.960 euros, es algo elevado, pero al comprobar la cantidad de elementos tecnológicos que pone a nuestra disposición, muchos pensaríamos en comprarlo.
Los fabricantes de coches coinciden en que los híbridos son sólo un camino hacia energías capaces de sustituir completamente al petróleo. Pero, al conducir coches como este, uno desea que el futuro tarde en llegar. El nuevo Lexus presenta un funcionamiento extraordinario y un rendimiento sorprendente. Además, no abandona las señas de identidad de la casa: una calidad inigualable y un comportamiento donde el confort no está reñido con la estabilidad, el dinamismo y la facilidad para realizar maniobras.
Escasa habitabilidad
Sólo se le puede poner una pega: el espacio para los viajeros resulta escaso para un coche de su tamaño. Aunque esta merma de amplitud no tiene nada que ver con su mecánica híbrida, el hueco para los equipajes sí está supeditado a dicha tecnología. Las baterías se adosan a la pared del maletero, y éste sólo admite unos exiguos 430 litros.
Por fuera, este automóvil no muestra diferencias con respecto a los otros modelos de la gama GS. Presenta una carrocería grande, dinámica, atractiva y, a la vez, discreta. Lo mismo sucede en el interior, donde los materiales empleados y su ajuste son extraordinarios, dando lugar a un habitáculo cálido y exclusivo.
Su mecánica híbrida está formada por un innovador motor V6 de gasolina que incorpora dos tipos de inyección (directa e indirecta) y alcanza los 296 CV. Por otro lado, cuenta con el generador eléctrico más potente aplicado a un automóvil, ya que desarrolla una potencia de 200 CV.
La combinación de ambos da como resultado un nervio de 345 CV, la mayor fuerza en un coche híbrido de serie. Esta caballería permite al Lexus GS alcanzar las prestaciones propias de un deportivo. Me ha sorprendido porque no sólo acelera como un coche con motor de gasolina V8, sino que se recupera de una manera fulgurante desde los 80 hasta los 120 km/h en tan sólo cuatro segundos.
Dirección sobresaliente
La dirección dispone de una asistencia eléctrica que merece un sobresaliente y los frenos, sobredimensionados, cumplen con su doble función de frenar y ayudar a la recarga de las baterías a la perfección; aunque el tacto del pedal sea un poco extraño y precise adecuarse a él.
Todo ello con un consumo de gasolina muy bajo, inferior al que acreditan algunos coches con motores diésel de elevada potencia, y sin apenas lanzar emisiones nocivas a la atmósfera.
