Julián Contreras, hijo de Carmina Ordóñez, tiene una mirada clara. Es una de esas personas que mira a los ojos con seguridad. Y aplomo. El mismo que debe mostrar ante las pantallas de cotizaciones para saber retirarse a tiempo.
Sí, puede sorprender, pero a sus 21 años es un consumado inversor y habla con naturalidad de conceptos financieros tan técnicos como soportes, resistencias o gaps. Admirador del talento de Paco de Lucía, obstinado -"si se me mete algo en la cabeza no paro hasta entenderlo"- y amante de la lectura -"hay que leerlo todo"-, encuentra en los mercados una ventana para evadirse.
P ¿Cómo se acercó al mundo de los futuros -productos financieros que se derivan de otros ya existentes, como índices bursátiles o acciones, y que se negocian en el mercado de derivados-?
R Me lo comentó un amigo -Aitor Zárate, autor del libro Cambio de vida. Así me hice rico- en la piscina. En un primer momento no me atrajo, pero después sí despertó mi curiosidad. Me familiaricé con ese mundo estudiando artículos y libros, y después pasé ya a hacer cursos.
P ¿Qué manuales recomendaría?
R No hay un libro que englobe todo el conocimiento. He aprendido mucho de las biografías de Soros, Rockefeller y Kostolany.
P Pero, ¿por qué se decantó por un producto tan concreto, aparentemente arriesgado y poco conocido?
R Al principio puedes llegar a pensar, ¡madre mía, dónde me he metido! Pero una vez que lo ves y lo comprendes, eres capaz de hacerlo. Eso es lo mejor.
Una de las partes que tiene operar con futuros es la autonomía. Sólo necesitas tu tiempo y tu dinero. La victoria es tuya y la derrota, también. En un tiempo en el que se prefiere que te lo den todo hecho, los futuros van por otro lado. Además, se puede ganar dinero cuando los mercados bajan. Yo disfruto más en esos momentos, porque va contra la tendencia o contra nuestro esquema mental.
P ¿Invierte en acciones cotizadas?
R No, sólo en futuros. Algún día lo probaré, pero los ingredientes de los futuros son más atractivos. Sobre todo, como ya he dicho, porque puedo hacer todo yo mismo. La gente debería probar el mundo de los futuros, porque va a vivir una experiencia muy positiva.
P ¿Es disciplinado? ¿Sabe retirarse a tiempo?
R Sí. Hay que tener autodominio. Si no, no lo dejas. Es preciso saber cuándo parar, tanto cuando ganas como cuando pierdes.
P ¿Se equivoca a menudo?
R Sí, cometo errores. Equivocarse está en la naturaleza humana, pero lo que hay que hacer es corregir los fallos lo antes posible. La idea de esperar porque se cree que la situación va a cambiar no suele cumplirse.
P ¿Qué pasos previos recomienda antes entrar en este mercado?
R Observar y entrenarse. Es como un gimnasio. El primer día no puedes hacer tres horas. Pues en los futuros pasa lo mismo, ya que los primeros días son un precalentamiento.
P ¿Qué le dicen sus amigos?
R (Risas) Se quedan sorprendidos. De hecho, yo me quedo con las ganas de decir: "¿Por qué me miras con esa cara tan rara? (más risas). Supongo que pondrán el mismo gesto que yo en su día.