Empresas y finanzas

Fundador de Livedoor condenado a 2 años y medio de cárcel por fraude contable

Fernando A. Busca

Tokio, 16 mar (EFECOM).- Takafumi Horie, el empresario estrella y fundador de Livedoor que se hizo famoso por su estilo contrario al convencionalismo del mundo de los negocios japonés, fue condenado hoy a dos años y medio de cárcel por fraude contable.

Horie, que durante sus años de estrellato se convirtió en un modelo para los jóvenes empresarios de Japón por su estilo rompedor con el conservadurismo imperante, ejerció un papel principal en el falseamiento de las cuentas de su empresa, según el juzgado que lo condenó hoy.

El veredicto del juez considera probado que Horie participó en la ejecución de un artificio contable gracias al cual la empresa transformó 300 millones de yenes (2,5 millones de dólares) de pérdidas en 5.000 millones de yenes (42,8 millones de dólares) de beneficios para aumentar el valor de las acciones de la compañía en bolsa.

Por su parte, Horie, de 34 años, volvió hoy a declararse inocente, tal y como lo ha hecho durante todo el proceso, que comenzó en enero del año pasado, y apeló la sentencia de inmediato.

Según la agencia japonesa Kyodo, la condena de dos años y medio es inusualmente dura para un delito que contraviene las leyes que regulan los mercados financieros en Japón.

No obstante, el diario financiero Nikkei respaldaba en un artículo de opinión publicado hoy en su edición digital la decisión del juez.

Según esa publicación, la sentencia demuestra que en Japón se ha endurecido el castigo contra el flujo de información falsa en los mercados, lo que repercute en favor de la salud del sector financiero.

Uno de los momentos más intensos del juicio fue el testimonio de Ryoji Miyauchi, el jefe financiero de Livedoor cuando se produjo la intervención de la compañía por parte de las autoridades japonesas.

Miyauchi aseguró en su relato que Horie estaba al tanto de las prácticas fraudulentas de la empresa y que, además, conspiró con otros cuatro ejecutivos de Livedoor para cometer los delitos contables que se le imputan.

Horie por su parte argumentó que los ejecutivos de Livedoor actuaron correctamente y que las autoridades "cocinaron" una historia para condenarle.

Pese a la condena emitida tras seis meses de proceso, el juez admitió que la vida del empresario era un ejemplo para los emprendedores de Japón.

Una vez se emitió el veredicto, el juez citó una carta que había recibido de la madre de un niño minusválido.

La carta afirmaba que el niño había tomado coraje gracias al ejemplo personal de Horie, que durante su carrera como empresario contravino las reglas no escritas del mundo de los negocios japonés y se ganó las simpatías de una nueva generación de jóvenes ejecutivos.

El juez dijo al empresario condenado que había emitido un veredicto de culpabilidad, pero que eso no significa que rechace todo su vida, por lo que le animó a "empezar de nuevo" después de "expiar" el delito que cometió.

Kyodo informó de que los ex accionistas de Livedoor y los actuales poseedores de participaciones de la empresa se congratularon por la decisión del juez, porque la condena les puede ayudar en el caso que litigan en un tribunal civil.

Sin embargo, jóvenes empresarios consultados por la agencia afirmaron que siguen apoyando a Horie, que esperan que resurja de sus cenizas y que creen que el empresario fue víctima de una trampa.

Horie fue el primero en hacer crecer su empresa por medio de adquisiciones de otras compañías, en ocasiones comprando acciones fuera del mercado, algo que en Japón está considerado como no jugar limpio.

Durante la expansión de Livedoor, Horie intentó hacerse con un gran grupo de medios de comunicación japonés e incluso trató de hacerse con un escaño en la Dieta japonesa, sin que lograra el éxito en ninguno de esos proyectos.

La intervención de su compañía por las autoridades japonesas hizo tambalearse el mercado financiero japonés, con repercusiones en el resto de plazas asiáticas, y la bolsa de Tokio sufrió la mayor caída en dos años.

El golpe fue tal que la bolsa cerró por primera vez en su historia veinte minutos antes de la hora habitual.

El grupo Livedoor, que llegó a controlar más de 50 empresas y a valer más de 5.000 millones de dólares, se dedicaba principalmente al negocio de servicios por internet, aunque también operaba en el sector financiero y tenía intereses en la industria de los medios de comunicación. EFECOM

fab/psh/cg

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky