Empresas y finanzas

Las cajas mantienen su esfuerzo en la obra social pese a la caída del beneficio

Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA. Foto: archivo.

Si la crisis pasará factura a la obra social de las cajas de ahorros está por ver. Por el momento no lo ha hecho, a pesar del desplome de los resultados del sector. Mientras las ganancias de estas entidades cayeron un 27% en los tres trimestres del año pasado, el fondo para proyectos benéficos se incrementaba un 1,5%, hasta los 3.672 millones de euros. Sin contar el efecto de La Caixa, las diferencias son notables y demuestran el esfuerzo que están realizando estas instituciones. Así, éstas ganaron un 35% menos y el fondo se congeló, cayendo sólo un 1,3%.

CECA, la patronal del sector, ya reclamó hace meses a sus asociadas que pusieran mayor atención a las reservas de capital y minimizaran su foco a la filantropía con el fin de reforzarse ante los tiempos de dificultad que se avecinan.

El fondo es una hucha compuesta por el importe de las aportaciones anuales y por las ganancias que se obtienen de los activos de la obra social, como por ejemplo el alquiler de algunos edificios. "Es un cajón de sastre", explica una fuente del sector, que detalla que incluye, también, partidas de proyectos adjudicadas que están todavía por descontar.

Las aportaciones, que son la principal fuente de ingresos, varían en función de los beneficios, aunque con limitaciones. Como mínimo legal tienen que aportar el 50% de las ganancias a las reservas de capital -al no poder acudir al mercado- con el objetivo de garantizar su solvencia.

Gastos fijos asegurados

En los últimos años, las cajas han aportado en torno a un 20% de los beneficios sociales a la hucha de la obra social. El porcentaje podría permanecer intacto, pero el dinero se verá recortado. Es más, en algunos casos, en los que se registren números rojos, podría ser nulo. La patronal del sector ya predijo hace meses que 2010 sería un ejercicio difícil y que no se descartaban pérdidas en entidades.

Pero no todo el dinero se gasta. Las instituciones suelen dejar un remanente que sirve para garantizar inversiones futuras, para época de vacas flacas como las actuales y así poder hacer frente a los gastos fijos aparejados. Fuentes del sector indican que esos gastos fijos, como los que generan residencias de ancianos u otros centros, "están asegurados".

El presupuesto para proyectos en 2009 se situó en 1.800 millones, frente a los 2.000 millones de 2008. Para el próximo ejercicio está prevista una inversión de unos 1.600 millones. De esta manera, las reservas podrían aguantar esta cuantía sin necesidad de hacer aportaciones, pero para 2011 las cajas tendrían que meter dinero.

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