Con la ronda de desinversiones cerrada y el pago del crédito puente casi asegurado (1.900 millones de euros antes del 31 de marzo), el Grupo Prisa cuenta con papeletas más que suficientes para renegociar con los bancos el resto de su deuda -alrededor de 3.000 millones de euros-.
"Podremos dar estabilidad a la compañía para los próximos tres o cuatro años" , señalaba recientemente su consejero delegado, Juan Luis Cebrián.
Así, mientras se concretan los detalles de esa nueva reestructuración de deuda, cabe preguntarse cómo se han llevado a cabo las desinversiones y, sobre todo, con quiénes. Por el momento, lo que está claro es que el grupo, que hasta hace un año permanecía hermético, ha dado entrada en el capital de sus sociedades a varios compañeros de viaje, perdiendo parte de ese perfil tan independiente del que hacía gala hasta ahora.
Contra su voluntad y en plena crisis, acuciado por la impaciencia de los acreedores y la presión de los compradores, el entramado de empresas ha vendido incluso una parte minoritaria de Santillana, baluarte y embrión original del grupo mediático. Valorada en 1.450 millones de euros, la editora del diario El País vendió por algo más de 360 millones el 25 por ciento de una compañía que crece ostensiblemente en Suramérica y cuyas ventas se acercaban en los nueve primeros meses del año hasta los 500 millones de euros y con 171 millones de ebitda.
Cuatro, una ganga
Colocada entre la espada y la pared, la negociación de Prisa con sus socios no ha podido ser de igual a igual, sabedores estos últimos de las urgencias del grupo. Además, las condiciones del mercado habrían pasado factura al monto de las ventas, al no estar Prisa en condiciones de pedir demasiado ni los compradores de pagar más de la cuenta. Sería el caso de Cuatro, cuya valoración implícita en la operación con Telecinco ascendería hasta los 550 millones de euros, en contraste con los 800 millones que entidades como Ahorro Corporación creen que se debería haber pagado por ella.
Más de lo mismo sucede con la venta de un 35 por ciento de Media Capital, la televisión portuguesa del grupo. Valorada en 450 millones de euros, la operadora líder de audiencia dentro del país vecino se ha quedado muy por debajo de Cuatro, pese a estar consolidada en tierras lusas y a tener un ebitda positivo de 31 millones de euros, al contrario que Cuatro, cuyas pérdidas operativas se sitúan en los 30 millones.
En cuanto a los otros protagonistas de las desinversiones, las últimas operaciones se han cerrado con viejos conocidos (Telefónica y Telecinco), pero, ¿qué hay del resto de novias que han ayudado a la compañía a liberarse de parte de sus obligaciones? Sigamos el orden cronológico.
Las novias de Prisa
El 21 de agosto Prisa cerraba con In-Store Broadcasting Network un acuerdo con el que desarrollar el mercado del Retail Media, o lo que es lo mismo, la programación que se emite en los supermercados o almacenes para comunicar a los clientes ofertas, descuentos y otras informaciones. Prisa e IBN pusieron en marcha la compañía Prisa IBN International, para desarrollar el negocio de retail media en España y América Latina. Con todo, gracias a esta operación, la filial financiera de IBN, Talos Partners, adquiría además una participación mínima del 4,5 por ciento del capital social de Prisa, mediante la compra de parte de su autocartera. La idea se concibió como un primer paso para que Talos pudiera participar en sucesivas emisiones de acciones hechas por el grupo español.
Dos acuerdos en un día
Poco más de un mes después de que Prisa cerrara el acuerdo con Talos e IBN, el grupo que preside Ignacio Polanco puso punto final a la venta de un 25 por ciento de Santillana a DLJ South American Partners (DLJ SAP) y de un 35 por ciento de su televisión portuguesa, Media Capital, al fondo Ongoing.
La primera de estas operaciones tuvo como coprotagonista al fondo de inversión DLJ SAP, una sociedad vinculada al grupo DLJ (Donaldson, Lufkin & Jenrette) que, a su vez, fue absorbida en el año 2000 por Credit Suisse. DLJ SAP, especializada en invertir en acciones de compañías de renombre dentro del mercado suramericano, se vio atraída sobre todo por los resultados de Santillana, tanto en Argentina como en Venezuela y Chile, donde los crecimientos de facturación en algunos casos superan el 10 por ciento con respecto al año pasado. El fondo, junto a otros inversores, creó la sociedad Arcos Dorados, con la que más tarde se adquirió la franquicia de McDonald's en toda latinoamérica.
La segunda de las desinversiones se acordó con el vehículo de inversión portugués Ongoing, después de que meses antes su consejero delegado, Nuno Vasconcellos, hubiera declarado la buena oportunidad que podía representar la entrada en Media Capital, el grupo audiovisual líder en Portugal. En esta ocasión no fue un 25 por ciento, sino un 35 el porcentaje con el que la compañía española dio entrada al nuevo socio, en esta ocasión por 157 millones de euros. Ongoing está especializado en hacer inversiones principalmente en cuatro áreas estratégicas, como son medios de comunicación, energía e infraestructuras, servicios financieros y bienes inmuebles. El fondo pertenece a la familia portuguesa Rocha do Santos (el consejero delegado y presidente se llama Nuno Rocha dos Santos de Almeida e Vasconcellos), y desarrolla su actividad sobre todo en las áreas geográficas de habla portuguesa, España y África. Ongonig tiene diferentes periódicos, sobre todo en Brasil, donde cuenta con el diario Brasil Económico, fundado recientemente. Vasconcellos es además presidente de Portugal Telecom y del holding Rocha dos Santos, además de otros puestos de responsabilidad en diferentes compañías.