Empresas y finanzas

Suizos decidirán entre seguridad social o seguir con sistema salud privado

Ginebra, 7 mar (EFECOM).- Los ciudadanos suizos decidirán este domingo, por votación popular, entre la creación de un sistema de seguridad social o la preservación del actual modelo de gestión privada de los servicios de salud, una decisión que pondrá fin a uno de los debates más sensibles de este año electoral en Suiza.

El alza galopante de las primas del seguro obligatorio en Suiza, que han subido el 81 por ciento desde que el sistema actual fue instituido hace once años, ha sido el principal argumento para el lanzamiento de la iniciativa.

Detrás de ella están asociaciones que representan los intereses de las familias y los partidos de izquierda, que argumentan que una gestión centralizada y estatal del sistema sanitario permitiría controlar el coste de las prestaciones, así como los gastos, y favorecería una política de prevención y promoción de la salud.

En la actualidad, el sistema está compuesto por 87 compañías de seguros, entre las que se puede elegir libremente, aunque algunas sólo prestan sus servicios a nivel cantonal o regional.

La legislación suiza establece que cada persona, incluidos los recién nacidos, debe contar con un seguro médico, que cubre al individuo y no a la familia.

Los promotores del referéndum afirman que ese sistema carece de transparencia y ha creado una competencia "onerosa y ficticia", de la que las compañías se sirven para dar de lado a los asegurados "de riesgo", como las personas de la tercera edad o con una salud deteriorada.

Por ello, proponen volver a un sistema de seguridad social, en el que la gestión de los costes y gastos sea transparente, y que ofrezca una mayor justicia social al fijar primas en función de los medios financieros de cada persona y no, como ocurre ahora, sin establecer diferencias según los ingresos.

Su administración estaría a cargo de un consejo integrado por representantes de la administración pública, de los proveedores de servicios y de los asegurados, a partes iguales.

Además, piden que se exonere del sistema a los niños y jóvenes que realizan estudios.

Los opositores a la iniciativa legal, entre los que se cuenta el propio Gobierno federal, han equiparado la seguridad social a un "monstruo burocrático de 7,5 millones de clientes (el total de la población de Suiza)" que sería imposible gestionar.

Asimismo, han señalado que, al basarse en el nivel de ingresos, sería un "impuesto suplementario" y que al ponerse fin a la competencia entre distintos seguros no se podría seguir ejerciendo una presión a la baja de los costes de salud.

El ministro de Sanidad helvético, Pascal Couchepin, ha hecho personalmente campaña en contra del principio de la seguridad social ya que, según él, no solucionará el problema del alza constante de los costes sanitarios en un país que sufre tanto del envejecimiento, como del aumento de su población, debido a la inmigración.

Desde 1996, esos costes han aumentado el 54 por ciento en la Confederación Helvética, según la Oficina Federal de Estadística.

Los argumentos de los detractores del seguro social parecen haber calado más en la ciudadanía que, según los últimos sondeos, votaría en un 52 por ciento contra la iniciativa, frente a un 35 por ciento que la apoya y a un 13 por ciento que está indeciso.

Con esas previsiones, es muy probable que se repita el resultado negativo de un referéndum similar convocado en mayo de 2003. EFECOM

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