Las fusiones de las cajas conllevarán, además del coste económico, un recorte de las plantillas que, en su mayoría, se efectuará a través de procesos de prejubilaciones. De las siete operaciones puestas en marcha o anunciadas se desprende que el número de trabajadores que se verán afectados será el 12,8% del total.
Sólo hay una integración que, por ahora, no tendrá un efecto sobre los empleados, la unión virtual -mediante un Sistema Integral de Protección (SIP)- de Caja Navarra y Caja Canarias.
Por ahora, las previsiones indican que la fusión que más recorte de personal requeriría es la que emprenderán Caixa Galicia y Caixanova, debido a las presiones de la Xunta. Las estimaciones iniciales indican que serán en torno a 1.500 empleados los que tendrán que dejar sus puestos de trabajo. De momento, esta operación no ha sido aprobada por ningún órgano de gobierno y la entidad con sede en Vigo se resiste a abordar este plan.
En términos porcentuales, la integración de las castellano y leonesas España y Duero es la que más empleos tendrá que disminuir para conseguir las mayores sinergias y ahorros de coste posibles. Así, la operación que será autorizada en las próximas semanas supondrá un recorte de la plantilla del 16,5%, cerca de 1.000 empleados.
El principal escollo
Los asuntos laborales son los principales escollos que se están encontrando los directivos de las cajas a la hora de afrontar el proceso de reestructuración. De hecho, el Banco de España estuvo a punto de intervenir CajaSur por la oposición de ésta a una disminución de 1.000 trabajadores en la absorción por parte de Unicaja.
Una de las entidades que se verá afectada menos que el resto por este proceso es CCM. El compromiso de Cajastur -que adquirirá la manchega a través de la filial Banco Liberta- es reducir en 300 empleados la entidad, al no existir duplicidad de redes comerciales en la integración.
En Cataluña, la única región donde el proceso de reestructuración se ha clarificado al completo, los recortes de personal en el sector financiero ascenderán a casi 2.700 trabajadores en las tres fusiones.
En paralelo a las integraciones, el cierre de sucursales por la caída del negocio está provocando una merma en la fuerza laboral del conjunto del sistema. Hasta ahora, los bancos han sido los más activos en esta materia.