Empresas y finanzas

China 'tira los tejos' a España

  • El gigante asiático busca un 'noviazgo de conveniencia' para entrar en Latinoamérica

En 2001, el mismo año en que China se incorporó a la Organización Mundial del Comercio (OMC), un centenar de empresas españolas habían ya desembarcado en un mercado que se intuía tan atractivo como arriesgado. Ocho años después, los compromisos de entonces provocaron en el mercado potencial más importante del mundo una transformación drástica y paulatina que hoy continúa y que, al menos en teoría, abre grandes oportunidades presentes y futuras a nuestras empresas.

Ahora, a finales de 2009, mientras el gigante asiático continúa desarrollándose a un ritmo vertiginoso y -según creencia generalizada- lidera incluso la recuperación mundial, España cuenta ya con más de 550 empresas allí, según estimaciones de la Cámara de Comercio de España en China.

Pero cada vez cala más la idea de que el gigante asiático tira los tejos a España porque busca un noviazgo de conveniencia para disfrutar una luna de miel que China quiere disfrutar en uno de los lugares en los que nuestras empresas tienen una posición de privilegio: Latinoamérica.

Sin embargo, mientras prosigue el asalto, ahora la gran cuestión estriba en saber si, además de presencia, nuestras empresas están conquistando realmente o no el mercado del futuro.

España toma posiciones

Por la magnitud y complejidad de China, no es posible generalizar. Pero, en general, el devenir empresarial español en ese país está marcado por un factor clave. "Los sectores más cerrados son aquéllos en los que España cuenta con empresas punteras a nivel mundial. Eso es indiscutible", apunta Gabriel Moyano, secretario general de la mencionada Cámara de Comercio. Se refiere, principalmente, a sectores como el de las telecomunicaciones, las infraestructuras, el financiero y las energías renovables que, entre otros, China considera estratégicos.

Paradójicamente, en esos sectores protegidos las empresas españolas han logrado posiciones sólidas. Es el caso de Telefonica cuyo paquete del 8% en China Unicom garantiza a la operadora española un pedacito del jugoso mercado teleco chino; o el de BBVA, que desembolsará 1.100 millones de euros para aumentar su participación en Citic Bank hasta el 15%; o del Grupo Villar Mir, que tiene previsto construir con Ferroatlántica la mayor fábrica de silicio del mundo y con OHL Concesiones una autopista de 144 kilómetros, ambos proyectos en Sichuan.

Puente a América

¿Por qué razón China deja rendijas para que se cuelen empresas españolas en sectores estratégicos chinos? La razón hay que buscarla en Latinoamérica. El creciente comercio entre China y el continente americano se halla tras ésta incipiente apertura a la empresa española que, en determinados sectores, como el financiero o el de las telecomunicaciones, tiene una posición de privilegio en la zona.

A China no se la pasa por alto que, sólo entre 1999 y 2005, BBVA quintuplicó el volumen de exportaciones de Latinoamérica al gigante asiático, que el Santander es el tercer banco privado de Brasil con una cuota del 10,2% o que Telefónica ha logrado arrebatar el liderazgo de la Telmex de Carlos Slim en varios países americanos.

La estrategia es clara: las empresas españolas entran en China y, a cambio, ayudan a las empresas chinas a entrar en Latinoamérica. Eso sí, sin perder de vista el tradicional proteccionismo que dificulta aún más la aventura china de las empresas españolas.

Y es que las empresas estatales están tratando de capitalizar como sea, al menos en los sectores estratégicos, el milagro chino. "Las oportunidades de mercado están canalizándose por vía administrativa para que se las queden las empresas estatales. Están maniobrando para quedarse con el beneficio del crecimiento chino", advierte el directivo de InterChina.

Alerta ante las políticas proteccionistas de China

En un demoledor informe, la Cámara de Comercio de la UE en China denunció hace semanas el deterioro de dicho entorno para que las empresas foráneas puedan competir en condiciones de igualdad en ese mercado.

Ejemplo mencionado en la presentación de dicho informe es el de la empresa española Amadeus, que sigue sin poder acceder del todo al mercado chino de turismo y viajes ocho años después de la entrada del gigante asiático en la OMC. Aunque suministra soluciones tecnológicas a algunos jugadores sectoriales, sigue sin poder proveer su sistema de reservas GDS a los agentes chinos.

"El actual entorno regulatorio está limitando la evolución natural de la industria turística. Amadeus podría procurar la infraestructura que requieren las aerolíneas y agencias chinas para seguir siendo competitivas", apunta Simon Akeroyd, vicepresidente en Asia-Pacífico.

En materia de energías renovables

Ahora bien, peor aún es la situación de las compañías españolas del sector de las energías renovables. Pese a ser líderes globales, las eólicas son sistemáticamente discriminadas en las licitaciones públicas, donde el factor precio y rentabilidad termina por descabalgar a las empresas de inversión privada extranjeras frente a las estatales chinas.

"El entorno regulatorio favorece a éstas y proporciona un marco de inseguridad jurídica y de falta de rentabilidad que hace que los proyectos los desarrollen las empresas estatales", señala Gabriel Moyano. Los 25 grandes contratos sacados a concurso en primavera se asignaron a empresas chinas.

"El desarrollo del sector eólico ha estado más enfocado al incremento rápido de la capacidad instalada y al desarrollo de la industria local de fabricación de equipos y componentes que a la calidad y cantidad de energía renovable generada y al aprovechamiento óptimo de los recursos", añade Moyano.

Todo ello ha llevado a Gamesa y a Iberdrola a una posición muy difícil dentro del mercado chino, donde permanecen a la expectativa, mientras que en Acciona la magnitud del destrozo es aún mayor.

Hace semanas deshizo su posición en China al vender su 45% en la alianza que cerró en su día con un socio chino con quien mantuvo diferencias estratégicas insalvables. Después de invertir 24,6 millones de euros, la empresa de Entrecanales continúa en China sólo de forma testimonial: con un equipo de asistencia técnica para las instalaciones a las que, en su día, suministraron aerogeneradores.

En materia de infraestructura

En lo que respecta al sector de las infraestructuras, en el que España cuenta también con empresas de primera línea internacional, el Grupo Villar Mir representa quizás la excepción en un escenario donde, en general, las constructoras españolas brillan por su ausencia.

La apuesta personal de Villar Mir por China ha tenido sus frutos, pero oportunidades ha habido para todos, advierte un analista financiero de Pekín que accedió a hablar con este periódico a condición de anonimato.

El mercado chino, opina y sentencia

"Las empresas españolas del sector son oportunistas y cortoplacistas y no están dispuestas a hacer el sobreesfuerzo que requiere el mercado chino", añade. Se refiere a la exigencia de tener un socio local, a que la gestión o la construcción no sea propia y a la flexibilidad respecto al retorno a la inversión.

"Quieren un 20% como mínimo por el riesgo-país. Para ellos es más fácil ganar entre un 12 y un 15% en España o Estados Unidos. Pero la única forma de entrar en el mercado chino es adaptándose", insiste.

Con todo, en ese panorama de luces y sombras, los sectores liberalizados dibujan un escenario mucho más amable para nuestras empresas más allá de la vulneración de los derechos de propiedad intelectual o la falta de imagen de España en China.

Los que corren mejor suerte

Especialmente exitoso es el recorrido del grupo industrial Mondragón en el país asiático, donde cuenta con 19 fábricas y 17 oficinas y pretende en tres años multiplicar por cuatro sus ventas actuales de 100 millones de euros anuales. El sector español de componentes de automoción, liderados por Antolín, está también sólidamente implantado.

En bienes de consumo, especialmente en alimentación y moda, nuestras empresas están compitiendo en buena lid, casi siempre con éxito, en un mercado que es doblemente exigente por la presencia de las mejores marcas del mundo, además de las chinas. Inditex -con sus marcas Zara, Massimo Dutti y Pull&Bear-, Mango, Camper y Adolfo Domínguez son sólo algunas enseñas nacionales con decididos planes de expansión en el mercado chino. En el sector farmacia, Grupo Estévez y Almirall están produciendo principios activos y vendiendo fármacos.

Todo ello con un objetivo común: atacar un mercado que, según InterChina, incrementará en la próxima década en 300 millones de personas su clase media, los cuales tendrán una renta per cápita de 22.000 dólares por paridad de poder adquisitivo.

Un mercado que, con los motores de la clase media consumidora, el creciente urbanismo y el giro tecnológico en su modelo productivo, las empresas españolas no pueden dejar escapar.

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