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Coches que hablan... entre sí

Es un día normal y, como tantos otros, está al volante de su coche. Llega a una intersección y la va a atravesar. De pronto suena una alarma en el habitáculo. El coche le advierte, a través de una pantalla, de que un vehículo se le acerca por la izquierda.

Pero usted no reacciona. El propio automóvil pica el freno (da un golpe de pedal, sin llegar a detener el vehículo, a modo de aviso). Entonces, alertado, usted frena y, efectivamente, un coche que no había visto pasa por la intersección... y viene de su izquierda. El coche lo sabía, y mucho antes que usted, porque el otro coche se lo chivó.

¿Suena a ciencia ficción?

Esto es el fruto de alguno de los avances más significativos que ha hecho el fabricante automovilístico General Motors. Se trata de una tecnología a la que llama V2V (vehículo a vehículo) con la que los coches que la equipan son capaces de comunicarse entre sí, informar de su posición, de su trayectoria, velocidad e incidencias varias. Esa información se transmite al conductor a través de pantallas, luces, pitidos, vibración del asiento e incluso a través del propio sistema de frenos.

Esta tecnología se basa en el sistema GPS, el mismo que usan los navegadores para establecer la posición del coche, y en una red wireless (sin cables, como el wifi del ordenador) mediante la cual los vehículos intercambian información sobre su posición, velocidad y rumbo, entre otras variables. General Motors lo ha montado en varios modelos de sus marcas, aunque lo podría montar cualquier vehículo, desde un utilitario como el Fiat Panda hasta una berlina de lujo como un Mercedes Clase S.

De momento, y según la tecnología desarrollada, esta capacidad de comunicación tiene un alcance efectivo máximo de 300 metros, una distancia que puede resultar un poco escasa entre que los coches "se hablan" y se advierte al conductor, sobre todo si el vehículo circula a grandes velocidades (en una autovía, por ejemplo), aunque es bastante probable que se pueda mejorar su alcance.

¿Qué situaciones previene?

La mayoría son casos en los que hay un obstáculo y un posible peligro fuera del campo de visión del conductor. Usted no lo ve, pero su coche sí, y le advierte de su presencia. Es más, si no frena, le avisa con señales acústicas e incluso le vibra el asiento.

¿De qué sirve? Indudablemente este sistema reduciría los accidentes de tráfico, aunque es difícil precisar cuánto. El Instituto Universitario de Investigación del Automóvil se ha hecho sus cálculos: podrían reducir aproximadamente a la mitad los accidentes y un 29 por ciento las víctimas.

Principal pega

Bien, pero ¿cuál es la pega? La principal dificultad a la que se enfrenta el V2V es que el sistema lo tendrían que equipar todos los automóviles. El coche que no lo incorpora resulta "invisible" para el sistema.

Entonces ¿no tiene implantación práctica? De momento no. La principal ventaja es que se trata un sistema bastante barato, con tecnología ya probada y presente en el mercado. "Cuesta menos que un GPS medio, varios cientos de euros", aseguran ingenieros de General Motors.

Resulta difícil calcular cuándo podría estar a la venta esta tecnología. "Más allá de 2010", dicen, siempre y cuando los gobiernos y las autoridades colaboren. Y es posible que lo hagan. Sirva como prueba que en materia de seguridad son bastante activos, como se pudo ver con la obligatoriedad de que los coches equipen el sistema de antibloqueo de frenos (ABS).

GM trabaja en varios proyectos europeos, con otros fabricantes, para hacer que esta tecnología sea un estándar que utilicen todas las marcas, lo que daría más efectividad al sistema. Cuantos más coches, más seguridad...

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