Desde su cuartel general en Somosaguas (Madrid), donde se encuentra la casa paterna, los hermanos Ruiz-Mateos trabajan para reconstruir lo perdido antaño. Propietarios ya de la cadena hotelera Hotasa, Postres Dhul o Trapa, en apenas un par de años han protagonizado importantes operaciones, como la compra de Clesa a Parmalat o la adquisición de una fábrica de Central Lechera Asturiana en Sevilla. Nueva Rumasa: el valor del brandy como garantía de los pagarés es menor al anunciado.
También se han hecho con el control de marcas tan reconocidas como Apis, Fruco y Tranchettes, propiedad de la multinacional alimentaria Kraft. Yes que la abeja ha renacido dispuesta a no dejar cuentas pendientes, y eso incluye terminar con 27 años de litigios y pugnas judiciales. Los Ruiz-Mateos siguen confiando en crecer y crear empleo, su principal objetivo.
Hablemos de su nuevo imperio. ¿Qué cifras de negocio manejan en la actualidad?
Si segregamos entre los muchos negocios de Nueva Rumasa, el sector de alimentación sigue siendo el más importante, con algo más de 800 millones de ventas. Nueva Rumasa cuenta ya con 107 empresas, 67 fábricas, 10.000 empleados y presencia comercial en 78 países. La facturación se sitúa ya por encima de los 1.500 millones de euros.
Tienen pensado convertir Nueva Rumasa en el nuevo ?holding? de los Ruiz-Mateos?
El objetivo no es crear un holding como el que había anteriormente. Nuestra idea es que los negocios sean independientes. Tampoco creo, por otro lado, que tengamucho sentido, ya que estamos presentes en negocios y sectores muy distintos.
Recientemente han anunciado la futura salida a bolsa de una de sus marcas, Cacaolat. ¿Se plan plantean ampliar la aventura bursátil al resto del grupo?
No, de momento. Nuestro plan de sacar a bolsa es tan sólo para Cacaolat. Es una idea que tenemos en mente desde hace tiempo.Cuando compramos Clesa, su propietario, hubo al menos 15 compañías que se interesaron por la marca de batidos. Cacaolat es una enseña de extraordinario valor con una muy importante cuota de mercado, principalmente en Cataluña.
De hecho, acabamos de recibir otra oferta, que hemos rechazado porque no garantizaba el empleo. Y eso para nosotros es clave. Pero fue ahí cuando se planteó la posibilidad, no de venderla, pero si de sacar un paquete accionarial a bolsa y hacer una ampliación para potenciar el negocio.
¿Qué valor real tiene la marca Cacaolat para el grupo?
Para nosotros ya era una enseña muy importante pero tampoco sabíamos el valor exacto de Cacaolat. Nos pusimos a escuchar las alternativas. Esta idea de sacar a bolsa Cacaolat surgió, como digo, porque alguien se enteró de que queríamos ponerla en valor y nos ofreció esta opción interesante. Se trata de una enseña con una importante imagen, lo que te permite acometer una diversificación de calado. De hecho, lo estamos haciendo con nuevas galletas de chocolate, cacao soluble, etc... Esta misma estrategia la estamos poniendo en marcha con otras marcas.
¿A quién han encargado la valoración para la salida a bolsa?
Hemos contratado a AFI (Analistas Financieros Internacionales), que son los que se van a encargar de todo este proceso.
¿Y quién será el banco colocador?
Estamos ahora mismo en el proceso de búsqueda de banco colocador. Todavía no está decidido, aunque ya hay varias entidades que nos han venido a ver nada más conocerse la noticia. No puedo dar nombres, pero se trata de bancos de primera línea, con experiencia en estas operaciones.
¿Hacia dónde camina esta segunda aventura emprendida por Nueva Rumasa?
Nuestra intención es volver a crear un grupo de empresas sólido en el que nuestro principal activo sea el personal. De hecho, nuestro lema de campaña es Comprometidos con el empleo. Nuestro padre siempre nos ha inculcado una máxima que llevamos a fuego y es que la principal labor de un empresario no es sólo ganar dinero, sino crear y mantener puestos de trabajo. Tenemos un grupo en el que no se despide a la gente.
En cuanto a la evolución del negocio, ¿le está afectando a Nueva Rumasa el dífícil pasado de su hermana mayor?
Hay que tener una cosa en cuenta, y que quizá sea lo más importante. Seguimos estando pendientes del conflicto de Rumasa. Tenemos sentencias favorables y ahora mismo estamos pendientes de que nos establezcan un justiprecio por la expropiación. Es un pleito muy importante, y qué duda cabe, que si todo esto resultara favorable, Nueva Rumasa se vería beneficiada, dando lugar a una mayor generación de empleo, como digo, nuestro principal objetivo.
Pero, ¿en qué fase se encuentra el juicio ahora?
Ahora mismo tenemos presentadas demandas de retasación, desde hace dos años admitidas a trámite. Estamos esperando
¿Cuál es la cantidad que reclama la familia Ruiz-Mateos después de tanto tiempo?
No es una cuestión de reclamar, sino de hacer una retasación para valorar el justiprecio por la expropiación. Estamos hablando de miles de millones, pero prefiero no adelantarlo. Lo importante es que después de casi treinta años se llegue al final y se haga justicia. En nuestra familia no hay rencor, nuestro padre nos ha enseñado que hay que perdonar.
Después de tanto tiempo, ¿empiezan ya a ver alguna salida al conflicto?
Desde hace ya algunos meses, está habiendo mucho movimiento en torno a este tema. Hemos recibido tres ofertas muy importantes para comprarnos el pleito de Rumasa. Esto, que suenamuyraro aquí, es algocomúnen determinados países como Estados Unidos.
Es decir, hay determinados grupos convencidos de ganar e interesados en comprar los derechos del juicio con una determinada rebaja, que podría ser hasta del 50%. Es una opción que contemplamos ahoramuy seriamente. Estamos en negociaciones con un importante despacho de abogados para ver las posibilidades reales que hay con esto. Un pleito de esta cuantía no existe en Europa, por lo que es que es lógico que la gente se interese.
Estudian vender la indemnización de Rumasa
