Empresas y finanzas

Los 'buitres' de la banca privada suiza salen a la caza de activos de entidades en apuros

La banca privada suiza sabe cómo aprovechar la crisis. Así, muchas entidades del país están preparas para saltar sobre los activos más interesantes de firmas extranjeras en apuros. Un claro ejemplo es Julius Baer, que la semana pasada llegó a un acuerdo para comprar la división suiza de gestión de activos de ING, sólo unos días después de que Vontobel completara la adquisición del negocio helvético de Commerzbank.

Según Carlos Ammann, socio ejecutivo de Zurich al Booz & Co, hay más acuerdos que pueden estar gestándose en este momento, ya que muchas de las entidades internacionales que han sido rescatadas por los gobiernos de sus respectivos países están estudiando vender sus negocios en Suiza para conseguir capital y evitar el estigma del secreto bancario que ha salpicado a algunas firmas.

"Vamos a ver una auténtica ola de adquisiciones. No puedes tener un gobierno que critique la política de secreto bancario de Suiza y al mismo tiempo sea dueño de facto de una división de banca privada que opera en el país. Además, todas necesitan dinero y para muchas sus negocios helvéticos no forman parte de su core business", explica Ammann.

Credit Suisse, el segundo banco de esta nación, afirmó recientemente que hoy por hoy ve "oportunidades mucho más interesantes" en lo que a compras se refiere dentro de Suiza.

Dificultades de valoración

Sin embargo, las compras potenciales que pueden llevar a cabo los bancos suizos no están exentas de riesgos e incertidumbres. La principal radica en las dificultades de valoración de unos negocios que se han depreciado desde que las autoridades del país accedieron a cooperar en la caza de brujas global contra los evasores de impuestos.

Suiza es el hogar de alrededor del 27% de los negocios offshore de banca privada, utilizados por muchos inversores extranjeros para zafarse del fisco.

"Los activos siempre tienen un valor, pero estos actualmente pueden tener un precio cercano a cero. La verdad es que nadie sabe establecer una valoración correcta de estos negocios de banca privada", sentencia Patrick Fenal, consejero delegado de Unigestion Holding.

El motivo de esta imposibilidad de valorar correctamente los activos es, precisamente, el secreto bancario. Así, los compradores potenciales, aunque realicen procesos de auditoría (due diligence) antes de lanzar una oferta en firme, nunca tendrán información por ejemplo sobre la residencia de los clientes (el país al que se van a llevar las ganancias) o los productos en los que invierten.

Oportunidades helvéticas

Son muchas las divisiones suizas de bancos extranjeros que pueden estar en el punto de mira de las grandes entidades helvéticas, aunque no todas son igual de jugosas.

Sin duda, una de las más interesantes es RBS Coutts, de Royal Bank of Scotland, que a finales de 2008 gestionaba 45.800 millones de francos suizos. Le siguen Lloyds TSB Bank (Suisse), que tenía una cartera de 25.900 millones y Citibank (Suisse), con 20.900 millones de francos suizos.

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