
Los elementos químicos atípicos pueden no estar en el radar de los inversores, pero forman parte de prácticamente todos los gadgets tecnológicos que utilizan: iluminación, pantallas de ordenador... Y en el mundo de los componentes extraños, China es el rey, ya que controla el 97% de la producción mundial.
El Servicio de Geología Estadounidense tiene identificados 17 componentes atípicos, materiales con nombres propios de novelas de ciencia ficción, como lantano o gadolinio, que se usan en la fabricación de todo tipo de productos, incluidos los farmacéuticos.
"Somos adictos a los elementos extraños tanto como lo somos al petróleo, lo que ocurre es que no son tan famosos como el oro o la plata. Sin estos componentes, gran parte del mundo moderno estaría completamente paralizada", explica Byron King, editor de la publicación especializada Energy & Scarcity Investors, en declaraciones recogidas por MarketWatch.
Monopolio chino
Sin embargo, King afirma que "los únicos que conocen y estudian en profundidad estos elementos son doctores en química... y líderes nacionales de países como China". De hecho, China tiene copado este mercado. Si el mercado de compuestos extraños fuera Monopoly, China sería dueño de prácticamente todo el tablero, mientras que los países desarrollados del poderoso oeste sólo tendrían la casilla de Lavapies.
"China es la Arabia Saudí de estos elementos,a los que sólo podrán tener acceso los que ofrezcan el precio más alto", apunta Mark Williams, experto en gestión de riesgos y profesor de finanzas de la Universidad de Boston.
El 97% de la producción de estos curiosos y vitales ingredientes químicos sale de China (139.000 toneladas en 2008), que además consume el 60% de estos materiales, según datos de UncommonWisdomDaily recogidos por el portal financiero de Wall Street Journal.
¿Problemas de suministro?
Esto a la larga puede provocar un grave problema de suministro en muchos sectores, ya que China cada vez exporta menos elementos extraños, lo que está dejando sin suministro a países como Estados Unidos, que es el segundo consumidor del mundo.
Sin estos elementos, "ya nos podemos ir despidiendo de muchos de los adelantos que ha supuesto la modernidad. No habrá más pantallas de televisión, discos duros, cables de fibra óptica, cámaras digitales y la mayoría de maquinaria hospitalaria. Tendremos que decir adiós a la carrera espacial y al lanzamiento de satélites... por no mencionar que se vendrá abajo el sistema mundial de refino de petróleo", augura King.