Fernando Mexía
Tokio, 13 feb (EFECOM).- Japón intenta sumar apoyos dentro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para abrir la veda sobre la caza de ballenas, durante una reunión iniciada hoy en Tokio que ha sido boicoteada por los países opuestos a la captura de ese cetáceo.
La reunión, llamada Conferencia para la Normalización de la Comisión Ballenera Internacional, comenzó hoy y se prolongará hasta el próximo jueves con la intención de buscar posturas conjuntas, aunque sus conclusiones no son vinculantes.
El encuentro, que se celebra al margen de la CBI, supone un nuevo intento de los países balleneros, fundamentalmente Japón, Noruega e Islandia, para ganar adeptos en su lucha por terminar con la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera en 1982, que prohíbe con algunas excepciones la caza de ballenas.
Los grupos ecologistas han tenido siempre en el punto de mira a Japón, al que acusan de seguir cazando ballenas, un animal en riesgo de extinción, con el pretexto de hacer estudios científicos.
Japón estima que la Comisión Ballenera no cumple con el cometido para el que fue creada en 1946, conservar el número de estos cetáceos y gestionar las capturas internacionales, y que se ha convertido en una entidad que se dedica únicamente a proteger a las ballenas.
Este encuentro fue convocado por Japón, que invitó a los 72 Estados miembros de la CBI, aunque los aproximadamente 20 países contrarios a la captura de ballenas, como EEUU, Reino Unido o Australia, se negaron a asistir para boicotear la reunión.
Hasta el momento 35 países han confirmado su participación en este encuentro.
La Agencia Gubernamental de Pesca nipona (FA, en inglés) organizó la conferencia al margen de la CBI para evitar las confrontaciones ocurridas en los últimos encuentros de este organismo internacional, debido a las posiciones encontradas a favor y en contra de la caza de ballenas, informó la agencia Kyodo.
Según la FA, el principal objetivo es identificar las causas del "mal funcionamiento de la CBI y buscar la forma de normalizarlo", en referencia a los principios fundacionales de la institución.
Los países balleneros quieren reformar la CBI para facilitar la toma de decisiones, que hasta el momento exige una mayoría del 75 por ciento de los miembros para poder aprobar cualquier iniciativa, como retirar la prohibición sobre la pesca de ballenas.
Asimismo, se estudiarán modos para prevenir la interferencia que causan los grupos activistas contrarios a la pesca de ballenas en las reuniones de la CBI.
La organización ecologista Greenpeace, presente al inicio de la reunión para protestar contra sus objetivos, acusó a los países balleneros de ocultar sus verdaderas intenciones, que considera la reapertura del comercio de ballena, animal en peligro de extinción.
Los ecologistas señalan a Japón como al principal promotor del fin de la moratoria sobre la ballena y afirman que este país está dando ayudas económicas a miembros de la CBI en vías de desarrollo a cambio de su apoyo para reformar la Comisión Ballenera.
Joji Morishita, director de Negociaciones Internacionales de la FA, rechazó esta acusación en declaraciones al diario "Japan Times" y aseguró que "enviamos ayuda a más de 160 países incluidos muchos que están en contra de la caza de ballenas".
Japón es un país con una larga historia ballenera y cuenta con un importante "lobby" que lucha por recuperar el comercio de estos mamíferos marinos.
De hecho, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el ministro de Exteriores, Taro Aso, son miembros de la Liga Parlamentaria Ballenera (PWL, en inglés) que apoya la caza de ballenas.
Junto con Japón, Noruega e Islandia son los principales valedores de recuperar el comercio de estos cetáceos, bajo el argumento de que no todas las variedades de ballena están actualmente en peligro de extinción y, por tanto, se pueden capturar aquéllas que abunden.
Los participantes en la reunión confían en poder adoptar una serie de recomendaciones que se propondrán en el próximo encuentro de la CBI que tendrá lugar en Alaska en mayo. EFECOM
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