
Los abogados de los primos Alberto Alcocer y Alberto Cortina insistieron ayer en que no ha quedado probado que sea falsa la famosa carta que supuestamente Pedro Sentieri envió a Julio San Martín, ambos ex socios de los Albertos, con instrucciones para que mintiera en el juicio por el caso Urbanor.
Y en caso de que finalmente se declarara que es falsa, según sus abogados esto significaría que Alcocer yCortina habrían sido "víctimas" de un intento de estafa por parte de tres de los acusados con los que comparten banquillo. Por todo ello, dijeron que sus clientes están viviendo "un calvario" judicial y una persecución "inmisericorde".
Esta afirmación llega después de que los letrados de la acusación incidieran durante el juicio en el daño moral que se ha causado a sus clientes (Pedro Sentieri, LuisGarcía Alarcón, Francisco Castelló y Julio SanMartín) con toda la trama de la carta falsa, por lo que piden daños y perjuicios.
Ayer quedó visto para sentencia el juicio que se celebra desde el pasado día 14 en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial deMadrid, y en el que también comparecen como acusados Ramón Hermosilla e Ignacio Peláez, abogados ambos de los Albertos, así como JoséMaría y Javier Arnáiz y Gloria Álvarez Aguarón, estos tres últimos acusados de haber fabricado la presunta carta falsa.
4,9 millones, por pruebas exculpatorias
Tanto las defensas de los Albertos como las de Hermosilla y Peláez trataron de desmontar la posibilidad de que hubiera existido un concierto entre todos los acusados para la aportación de una prueba falsa, que se materializó en la carta, en el recurso de casación presentado contra la sentencia del Supremo que condenó a los primos.
Entre los argumentos argüidos para mantener dicha postura, señalaron que precisamente la existencia del contrato que firmaron los hermanos Arnáiz con los Albertos, por el que los segundos ofrecían a los primeros 4,9 millones de euros a cambio de que encontraran pruebas exculpatorias, demuestra que no estaban confabulados.
En cuanto a Ramón Hermosilla, su defensa, representada por Nicolás González-Cuéllar, remarcó la profesionalidad del famoso abogado y su trayectoria intachable, actitud que contrapuso con la de los Arnáiz, de quienes dijo que "no tienen los mismos patrones" morales.