
El botox, toxina que se comercializa como tratamiento rejuvenecedor desde 1991, puede convertirse en uno de los fármacos del siglo por sus usos alternativos.
Y es que más allá de su uso con fines estéticos, su eficacia probada como medicamento para luchar contra la migraña crónica puede suponer que su fabricante, la compañía estadounidense Allergan, se embolse 1.000 millones de dólares adicionales en ventas anualmente. Es decir, un 75% adicional a la cifra actual.
Alrededor de 50 millones de dólares de los 1.300 millones en ingresos que generó el botox en 2009 vinieron de su uso no aprobado para prevenir los ataques de migraña, según Larry Biegelsen, analista de Wells Fargo. Varios estudios que se espera que sean presentados mañana determinarán si se puede aprobar oficialmente el uso de la toxina botulínica como medicamento contra las cefaleas.
Sorprendente remedio
Al principio, los médicos pensaban que los espasmos musculares que provoca la migraña, al quedar mermados por la capacidad paralizante del botox, eran los responsables del efecto del fármaco sobre los dolores intensos de cabeza, comenta el prestigioso neurólogo neoyorkino Alexander Mauskop. Ahora se cree que lo que hace la toxina es detener los mensajes de dolor antes de que estos lleguen al cerebro.
Allergan comenzó a ensayar el uso del botox para combatir la migraña después de que varios medicos, como el dermatólogo de la Universidad de California Richard Glogau, relacionara el fármaco con la superación de las cefaleas en varios experimentos.
Presentación antes del 30 de septiembre
Allergan ya ha publicado el hallazgo en un prestigioso diario médico y espera presentar todos los datos ante las autoridades sanitarias estadounidenses antes del 30 de septiembre, afirmó Caroline Van Hove, portavoz de la compañía.
En lo que va de año, la compañía ha escalado casi un 40% en bolsa, impulsada por constantes rumores de posibles compras o fusiones. A media sesión llegó a repuntar un 2,5% en el parqué neoyorkino.