DETROIT, EEUU (Reuters) - En el enrarecido mundo de los coches de lujo, los compradores se están volviendo hacia modelos que parecen simplemente de ricos, más que a los de una ostentación fabulosa o de "ultra lujo".
"En el futuro inmediato habrá demanda de gente que quiere mostrar su estilo, su éxito social, a través de su ropa, de sus joyas y de sus coches", declaró Karl Heinz Kalbfell, consejero delegado de la filial Maserati de Fiat. "Esto no cambiará", añadió.
"Vendimos 3.600 de nuestros coches (Quattroporte) el año pasado y pienso que esto sigue todavía", dijo Kalbfell a Reuters, apuntando a un fornido modelo Quattroporte Executive GT cuyo valor parte en los 115.000 dólares y que fue diseñado para seducir a los clientes de sus rivales alemanes.
"Tratar de vender un coche como el de nuestro vecino por 360.000 dólares o más, puedes imaginar que no puede mucha gente" que pueda ser cliente, dijo Kalbfell, en un gesto a la marca Rolls-Royce que él encabezaba. "Lograr unos 800 vehículos no es malo".
Mientras Maserati planea un modelo menos caro para atraer más clientes, se han esparcido los rumores de que Rolls-Royce podría moverse ligeramente hacia abajo en el mercado y enfrentarse a rivales como el Continental GT de Bentley o los modelos Flying Spur, ambos fabricados por la división de lujo Bentley de Volkswagen.
"La estrategia ahora es reposicionar a Rolls-Royce como una marca, no bajarla de la posición de pináculo, de icono, demasiado pronto", dijo a periodistas.
Ferrari rompió la barrera de las 5.000 unidades el año pasado, debido a que recurrió a mercados en desarrollo como China, Asia y Europa del Este.
/Por Michael Shields/.*.
