WASHINGTON (Reuters) - Cuando Alan Greenspan cruce la puerta de la Reserva Federal de Estados Unidos el martes, tras 18 años y medio de mandato, ya se habrá asegurado un lugar en la historia de la economía.
Su extensa y ampliamente exitosa gestión en la Fed, hizo de Greenspan el más famoso presidente de la historia del banco central estadounidense, respetado en su país y en el exterior por su gran dominio de la economía.
Si bien esa fe se puso a prueba con la explosión de la burbuja tecnológica en 2000, la recesión y un prolongado pesimismo en los mercados, el mundo mantuvo sus elogios hacia él durante los años de menor fortuna.
Agasajado con una cena en la Casa Blanca la semana pasada, aplaudido por sus colegas y con condecoraciones que incluyeron una medalla del Departamento de Defensa por llevar adelante un servicio público distinguido, Greenspan deja su cargo sin entrevistas de despedida aunque está muy solicitado.
Estos éxitos incluyen su respuesta tranquila a la turbulencia económica que se produjo cuando el mercado bursátil colapsó en octubre de 1987, apenas dos meses después de su llegada a la Fed, y los quiebres financieros que en 1997 y 1998 tuvieron lugar en Asia y Rusia.
No obstante, el jefe de la Reserva Federal no está exento de críticas.
La respuesta de Greenspan a la acusación sobre las acciones fue que el banco central carece de las herramientas necesarias para poner fin a las burbujas de precios, aunque, puede colaborar en aliviar el daño.
Bajo el gobierno de Greenspan, la Fed bajó más la inflación, con tasas que parecían inimaginables cuando comenzó su mandato.