
Hasta ahora, a los gestores les ha dado muy buen resultado los sectores cíclicos como el financiero o el industrial, pero la pregunta es: ¿serán rentables a partir de ahora o conviene fijarse en otras inversiones más defensivas? Que empiece el juego.
Si tuviera que elegir un juego que le haya creado auténtica adicción, ¿cuál elegiría? Es probable que si se hiciera una lista, el Tetris ocuparía un lugar privilegiado porque ¿quién no se ha estresado un poco intentando encajar las piezas de este juego para formar las ansiadas filas alguna vez en su vida? Pues bien, este año todos los tetrimaníacos están de aniversario, ya que este juego celebra su 25 cumpleaños.
Si ha jugado alguna vez, se habrá dado cuenta de que la base no está sólo en decidir la colocación de las piezas, sino también en anticiparse o al menos tratar de imaginar las que puedan venir. Sólo así se logran las buenas combinaciones. Puede parecer raro, pero el mecanismo que utilizan los gestores de activos no es demasiado distinto a los que usan los jugadores de Tetris. Las piezas siempre son las mismas pero deben de encajarlas en función de los distintos contextos de mercado tanto presentes como futuros.
Por ejemplo, los activos donde estaban invertidos hace tan sólo ocho meses poco tienen que ver con la distribución de la cartera hoy en día. Mientras que en enero el mal comportamiento de todos los mercados convirtió a la liquidez en el santo grial de los gestores de fondos, en marzo llegó el rebote de todos los mercados, que aún perdura. Cambio de estrategia. Que había que invertir en bolsa estaba claro pero, ¿en qué sectores?
Si se analizan los fondos de bolsa, tanto nacional como europea, que mejor evolución están teniendo en el año, se ve como la mayoría dejaron de lado los sectores más defensivos para aumentar su exposición a otros más ligados a la evolución económica. Al fin y al cabo, la mayoría de indicadores económicos mostraban una recuperación, aunque leve, y auguraban que lo peor de la crisis ya había pasado. Los inversores confiaron en estos datos y los gestores también se sumaron al carro. Pero, al igual que sucede con las piezas del tetris, no todos los sectores son igual de flexibles.
Uno de los menos, por la gran correlación que guarda con los índices bursátiles, es precisamente uno en el que más han confiado los gestores a la hora de componer su cartera, al menos hasta ahora. Se trata del financiero, un sector que ocupa buena parte de la cartera de 20 de los 30 fondos que invierten en bolsa europea que mejor evolución están teniendo en el año, un 66 por ciento del total. No en vano este sector, al haber sido el más castigado durante el año pasado, se ha convertido también en el que más ha rebotado desde mínimos. Por ejemplo, sólo en España, los bancos han rebotado de media un 142 por ciento. Y es precisamente su exposición a él lo que ha permitido a fondos como Foncaixa Bolsa España 150, Ibercaja Bolsa o Bancaja Europa Financiero anotarse rentabilidades superiores al 30 por ciento en 2009.
Sin embargo, la pregunta ahora es ¿seguirá siendo un sector atractivo a partir de ahora? Hay opiniones para todos los gustos. Si bien es cierto que es uno de los que ha liderado el rally bursátil por el peso que tienen normalmente los bancos en todos los índices europeos, también sería uno de los que se verían más perjudicados en caso de cumplirse la esperada corrección tantas veces defendida por los analistas. Quizá por ello, algunas gestoras recomiendan ahora evitarlo. "Aunque parezca que sectores como el financiero están ofreciendo valor, muchos ya han rebotado lo suficiente como para haber perdido potencial a corto plazo", afirma Philip Parker, gestor de Aviva Investors. Similar es la opinión de ING. En su último informe sectorial afirman que "prever la recuperación de valores cíclicos como el financiero han añadido valor a la cartera" pero "ahora ya no están baratos y se mostrarán vulnerables en la segunda ronda negativa de la crisis".
Las mismas diferencias presentan el resto de los sectores considerados como cíclicos (en el tetris serían las piezas que sólo tienen dos posibilidades de colocación). Tanto el sector industrial como el de consumo básico han ocupado posiciones relevantes en las carteras de los fondos más rentables. Barclays Bolsa España Selección, Metavalor Europa o Henderson Horizon Paneuropean Smaller Companies son sólo algunos ejemplos de productos que destinan más del 25 por ciento de su inversión en bolsa a títulos de estos sectores y consiguen con ello ganancias de entre el 30 y el 40 por ciento. Pero, al igual que el financiero, la evolución en el parqué de ambos está muy ligada al ciclo económico, aunque tienen en los índices menos peso que el financiero.
Quizá por ello, son más los gestores consultados que defienden la inversión, sobre todo industriales, de cara al próximo trimestre. "Nuestros predilectos en este momento son materias primas e industriales, por su relación con el crecimiento estructural en economías emergentes y tecnología, por tener características cíclicas y defensivas al mismo tiempo", asegura Alfonso Benito, de DWS.
Más unanimidad despierta el sector de la tecnología de cara al futuro debido a su componente defensivo, a la atractiva rentabilidad por dividendo que presentan las compañías y a su poca exposición al ciclo económico, en caso de que se produzca algún susto. Por no hablar de que, sin bien también se ha beneficiado del rebote, lo ha hecho con moderación (desde mínimos, el índice DJ Tech se ha anotado un 37 por ciento, frente al 142 por ciento del DJ Banks). "Creemos que las telecos con exposición a mercados emergentes como Telecom Austria, y utilities como Gas Natural y Enel, presentan buenos niveles de deuda y mucho valor" .
Por su parte, Trevor Greetham, director de gestión de activos de Fidelity, pide, en su último Reloj de la inversión, empezar a fijarse en las materias primas y en los sectores, como el de energía, ligados a ella, ya que "nos encontramos en el principio de una fase de recuperación y nos dirigimos a otra inflacionista". Y, claro, un aumento de la inflación estaría, como suele suceder, provocado por un incremento en el precio del petróleo, que a su vez repercutiría en los ingresos de las compañías energéticas. De momento, el brent ya acumula una revalorización en el año del 62 por ciento, y mantiene la cota de los 74 dólares.