WASHINGTON/CHICAGO (Reuters) - El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Henry Paulson mantuvo varias conversaciones con el director ejecutivo de Goldman Sachs durante la crisis financiera, pero no buscaba ayudar activamente al banco que una vez dirigió, dijo el sábado una portavoz de Paulson.
El diario New York Times publicó el sábado registros de más de veinte de conversaciones entre Paulson y el director ejecutivo de Goldman, Lloyd Blankfein, durante la misma semana del pasado septiembre en la que se declaró en quiebra el banco Lehman Brothers y se rescató a la aseguradora American International Group (AIG) -muy relacionada con Goldman- con fondos públicos.
Goldman fue el mayor beneficiado por el rescate de AIG, recibiendo casi 13.000 millones de dólares (algo más de 9.000 millones de euros) en pagos por contrapartida que habrían perdido si quebraba la aseguradora.
La portavoz de Paulson, Michele Davis, confirmó que ocurrieron las conversaciones telefónicas con Blankfein, pero negó que Paulson haya tenido intención alguna de ayudar específicamente a Goldman.
"Sugerir que AIG fue rescatada por el bien de una compañía es tan ridículo como decir que los bomberos apagan un incendio en un rascacielos para proteger sólo a una de las miles de personas en el edificio", dijo Davis en un comunicado.
Goldman ha sido criticado por algunos legisladores y grupos de interés público por sus relaciones dentro del Gobierno, que aparentemente lo ayudaron a pasar sin mayores problemas una profunda recesión tras aceptar 10.000 millones de dólares de dinero público para su rescate y beneficiarse de una serie de programas del Gobierno.
Paulson pidió una exención ética por sus interacciones con Goldman "cuando se hizo evidente que teníamos algunos temas muy significativos con Goldman Sachs", mientras varios funcionarios temían que Wall Street se enfrentase a un colapso total.
El Times dijo que la exención fue otorgada el 17 de septiembre, el día después de que se anunciase el rescate de AIG y el día después de que Paulson recibiese una llamada de Blankfein.
"Tras la quiebra de Lehman y la compra de Merrill Lynch (por el Bank of America) que evitó su bancarrota, los funcionarios temieron que la misma crisis de confianza se pudiese propagar a otros bancos de inversión, Morgan Stanley y Goldman Sachs", dijo Davis.
"Si Morgan Stanley iba a quebrar, el secretario Paulson y otros reguladores creían que Goldman Sachs, como el último banco de inversión restante, podría quebrar también", agregó.
Si el Gobierno necesitaba intervenir a Goldman, Paulson "necesitaba poder participar activamente para hallar una solución", sostuvo Davis.
Los registros telefónicos del 16 al 21 de septiembre, que el Times dijo que los obtuvo bajo una solicitud permitida por el Acta de Libertad de Información, muestran que Paulson habló más frecuentemente con Blankfein que con otros ejecutivos de Wall Street durante una semana en la que estuvo al borde del colapso financiero.
En una audiencia del Congreso del 16 de julio, los legisladores pidieron molestos a Paulson que explicase los cambios en la política de Estados Unidos durante la crisis y dijeron que tuvo intereses en las decisiones que involucraban a las firmas de Wall Street.
"Operé consistentemente dentro de las guías éticas que tenía", declaró Paulson.