
La compañía británica pierde 124 millones de euros en el primer trimestre del año y afronta un severo reajuste.
British Airways se enfrenta a su posible boda con Iberia cada vez con menos dote para la celebración, aunque su caja sigue alcanzando 1.476 millones de euros a 31 de junio. El gigante aéreo británico ha registrado 124 millones de euros de pérdidas en el primer trimestre del año (en el mismo periodo del pasado ejercicio había ganado 31,6 millones de euros), algo que no había ocurrido en los últimos veinte años.
La situación del socio de la aerolínea de bandera española es bastante delicada y ayer Willie Walsh, su consejero delegado, confirmó el oscuro panorama por el que atraviesa. "No se presentan señales visibles de mejora", se lamentaba el ejecutivo de British Airways.
La facturación de la compañía aérea cayó un 12,2 por ciento, tras alcanzar los 2.327 millones de euros. Entre otras razones de este desplome se encuentra un descenso del ingreso por pasajero del 10 por ciento.
Y eso que la aerolínea con sede en Heathrow hizo su parte de los deberes al reducir un 6,6 por ciento sus costes operativos, en buena parte por el descenso de la factura del carburante un 15,6 por ciento tras la caída del precio del petróleo.
Recorte de flota
Para este verano, British Airways había reducido su capacidad un 3,5 por ciento si se compara con el pasado ejercicio, pero el recorte no va a ser suficiente para afrontar los próximos meses. En la temporada de invierno, la intención es dejar en tierra los 16 aviones ya anunciados. En verano de 2010, se sumarían otros tres Boeing 757 y otros tres Boeing 747 durante el invierno de 2010.
Paralelamente, el grupo ha decidido aplazar las entregas del pedido que había realizado a Airbus para recibir una docena del A380, el avión comercial más grande del mundo con capacidad para transportar a 555 pasajeros. La primera media docena de aparatos se retrasaron en principio cinco meses, pero la segunda tanda, también de seis aviones, se pospone dos años respecto a la fecha comprometida.
Durante el primer trimestre del ejercicio la compañía ya ha prescindido de 1.400 empleados. Si se compara la fuerza laboral del grupo con la de hace un ejercicio, el descenso de plantilla es de casi 4.000 personas, ya que llegó a alcanzar 43.000 trabajadores en el primer trimestres del anterior ejercicio fiscal y ahora apenas superan 39.000.
Fusión con Iberia
Respecto a la fusión con Iberia, Willie Walsh confirmó la reanudación de las conversaciones. En concreto, el consejero delegado desveló ayer que ya ha mantenido recientemente una reunión con Antonio Vázquez, el nuevo presidente que ha sustituido a Fernando Conte, para realizar una primera toma de contacto. "Tuvimos una reunión constructiva en la que tuve la oportunidad de felicitarle por su nombramiento y en la que confirmamos nuestra voluntad de continuar con la fusión", explicó.
A finales de agossto, Iberia hará públicos los resultados de su primer semestre del año. La compañía prevé perder dinero este año.