
Los carteles que colgaron los vecinos de las terrazas de sus casas del Residencial Francisco Hernando han durado poco, apenas un día, pero han conseguido su objetivo.A media mañana los vecinos del bloque 31 recibían una llamado del hijo de El Pocero en la que se les aseguró que pagarían "hasta el último céntimo" y les pidió que retirasen los carteles hasta el 1 de agosto, fecha máxima para saldar la deuda.
A partir de ese día, el hijo de El Pocero, les dijo que si no cumplía con su palabra podían poner carteles o lo que quisiesen.
Los vecinos ya respiran tranquilos y esperan que el empresario cumpla su palabra. En caso de ser cierto, ya no tendrán que aumentar su cuota mensual de la comunidad o plantearse despidos o reducción de jornada del personal que les permite disfrutar de las instalaciones con las que cuentan y a los que, de momento, no deben nada.
La reacción, por tanto, no se ha hecho esperar y los vecinos han retirado las pancartas. De hecho, ni siquiera llegaron a colgarse todas y muchas se quedaron a la espera de vecinos que llegaban a sus viviendas el fin de semana.
Consulte la información completa en la edición de fin de semana de diario elEconomista