ROMA (Reuters) - La furia ha estallado en Italia por una maniobra francesa que ha evitado que la principal compañía energética italiana, Enel, comprase un rival francés, convirtiéndolo en un asunto electoral en el que los políticos se han preguntado por la seriedad del mercado único europeo.
A sólo seis semanas de las elecciones generales, el Gobierno quiere demostrar que responde tanto a los franceses, a los que acusa de romper las reglas del mercado único europeo, como a la Comisión Europea, encargada de vigilarlas.
El Gobierno francés ha respondido que su política de "patriotismo económico" no es proteccionismo.
Prodi, ex presidente de la Comisión Europea, ha insinuado que su sucesor, Jose Manuel Durao Barroso, dirige una Comisión demasiado débil para enfrentarse a los franceses.
Un portavoz de la Comisión dijo que no conocía ninguna queja formal de Italia por la compañía francesa, pero dijo que está contra cualquier injerencia política dirigida a crear empresas "campeonas".
Pero los políticos han dicho que el caso de Suez es más importante para la UE y para su imagen ante los votantes italianos que solían ser eurófilos.
/Por Robin Pomeroy/