L'AQUILA, Italia (Reuters) - África cobra protagonismo el viernes en la cumbre del Grupo de los Ocho, donde los países ricos están dispuestos a asegurar que cumplirán sus promesas de ayuda y aprobarán un nuevo programa para la agricultura por 15.000 millones de dólares.
Tras dos días de conversaciones centradas en la crisis económica, el comercio y el calentamiento mundial, el último día de la reunión del G-8 en Italia iba a contemplar los problemas a los que se enfrentan las naciones más pobres.
El desarrollo de África se ha convertido en un asunto importante en la agenda del G-8 tras las promesas hechas por los líderes mundiales en Gleneagles en 2005 para incrementar la ayuda anual en 50.000 millones de dólares para 2010, la mitad de ella con destino a países africanos.
Sin embargo, las organizaciones de ayuda dicen que algunos países se han retractado, especialmente Italia, que este año alberga el G-8, y los jefes de Estado africanos han dicho que expresarán sus preocupaciones.
"El mensaje clave para nosotros es pedir al G-8 que cumpla sus compromisos", dijo el primer ministro etíope, Meles Zenawi, a Reuters esta semana antes de volar a Italia para la reunión de medio día.
La cumbre de l'Aquila ha ofrecido resultados desiguales, aportando únicamente progresos limitados en las conversaciones cruciales sobre el clima tras el rechazo de los países emergentes a comprometerse con el objetivo de recortar a la mitad las emisiones mundiales de efecto invernadero para 2050.
"Hay algo de frustración porque a uno le gustaría convencer a todo el mundo sobre todo y obtener todos los resultados directamente, pero las cosas están progresando", dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a los periodistas el jueves.
AYUDA AGRÍCOLA, CÓDIGO ÉTICO
Junto a Meles, los líderes de Argelia, Angola, Egipto, Libia, Nigeria, Senegal y Sudáfrica se unieron a sus colegas del G-8 el viernes para abordar la seguridad alimentaria y la agricultura, y para presionar en su demanda de compensaciones para los estragos causados por el cambio climático.
Las naciones ricas usarán la reunión para anunciar previsiblemente un gasto de 15.000 millones de dólares en tres años para impulsar la inversión agrícola en los países pobres.
No estaba claro si eran nuevos fondos en su totalidad o qué países contribuirían, aunque Estados Unidos, Japón y la Unión Europea iban a dar unos 3.000 millones de dólares cada uno, según las estimaciones.
El foco en la inversión agrícola refleja el cambio de la ayuda de emergencia a estrategias a más largo plazo para intentar que las comunidades sean más autosuficientes.
El presidente senegalés, Abdulaye Wade, dijo a Reuters que Barack Obama - que hará su primera visita a África después de la cumbre - ha traído un nuevo foco bienvenido para reforzar la agricultura africana.
Wade, que ha capitaneado los esfuerzos para aumentar la agricultura en el país del oeste de África, que depende ampliamente de las importaciones de alimentos, dijo que Obama "tenía realmente voluntad de centrarse en la alimentación en África".
"Estados Unidos produce maíz y algunos cereales y los envía a la gente con hambruna, pero la nueva concepción es producir estos cultivos en África y no en Estados Unidos", dijo Wade.
Pero los 15.000 millones en tres años contrastan con los 13.400 millones que el G-8 dice que desembolsó entre enero de 2008 y julio de 2009 para seguridad alimentaria mundial.
La organización británica ActionAid ha advertido de que mil millones de personas pasan hambre en el mundo, alegando que las decisiones de la cumbre podrían "literalmente marcar la diferencia entre la vida y la muerte de millones de personas en el mundo en vías de desarrollo".