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Chrysler planta cara en segmento coches medianos con Sebring 2007

César R. Díaz

Toronto, 26 ene (EFECOM).- El Chrysler Sebring 2007 es el último intento de la marca estadounidense para intentar frenar el dominio que los fabricantes japoneses mantienen en el segmento de los vehículos familiares en Estados Unidos.

Chrysler no lo tiene fácil. El Toyota Camry es el coche de más ventas en Estados Unidos, seguido por el Honda Accord. General Motors acaba de presentar una versión muy atractiva del Chevrolet Malibu. Y Ford también se ha comprometido a competir a muerte por el segmento.

Ante este panorama, Chrysler ha creado un paquete sólido basado en una atractiva imagen y una buena motorización pero con algunos agujeros en el capítulo de equipamiento.

El Sebring tiene un motor más potente que su principal rival, el Camry. La versión estándar del vehículo de Chrysler viene dotado con un motor de 2,4 litros, con cuatro cilindros y 16 válvulas, que desarrolla 173 caballos de potencia. Enfrente, el Camry se contenta con 158 caballos.

La mayor potencia del motor de Sebring, y su respuesta más temperamental, hacen que el coche sea más divertido de conducir que los vehículos de la competición.

Pero ese estilo más agresivo de conducción que el Sebring permite puede que no sea lo más adecuado para los pasajeros del vehículo, especialmente los más jóvenes.

Exteriormente, el Sebring está inspirado en el prototipo Chrysler Airflite que la marca presentó en 2003. Es un vehículo estilizado con claros referentes del diseño más clásico de Chrysler. Por ejemplo, la parrilla frontal y el capó son muy parecidos al del atractivo Chrysler Crossfire.

El interior es más que correcto y permite atisbar el toque germano de la otra mitad del grupo DaimlerChrysler. La habitabilidad ha mejorado gracias a que el nuevo Sebring es más alto que las versiones anteriores.

El maletero tiene una capacidad de 13,6 pies cúbicos pero se puede ampliar gracias a que los asientos traseros se pueden plegar por secciones (60/40), lo que permite transportar objetos de largas dimensiones.

El Sebring está disponible en tres versiones. A la más básica le siguen el Sebring Touring y el Sebring Limited que se distinguen por las motorizaciones disponibles y su equipamiento.

Uno de los detalles que más ha cuidado Chrysler es el consumo. El Sebring, con el motor de 2,4 litros consume 7,35 litros por cada 100 kilómetros en carretera y 9,8 litros por cada 100 kilómetros en carretera. Este motor es el estándar en todos los modelos.

Los consumos aumentan con las otras motorizaciones disponibles. El motor de 2,7 litros en V6 y 24 válvulas que desarrolla 189 caballos consume 7,84 litros por cada 100 kilómetros en carretera y 10,69 litros en ciudad. Este motor sólo está disponible en el Sebring Touring.

El más potente de 3,5 litros en V6 (235 caballos), y que sólo se puede adquirir con el Sebring Limited, consume 8,4 litros por cada 100 kilómetros en carretera y 12,38 litros en ciudad.

Estas cifras mejorarían si Chrysler hubiese decidido colocar las nuevas transmisiones automáticas de seis velocidades en todas las versiones del Sebring pero sólo el motor de 3,5 litros cuenta con esta característica.

De igual forma, para un vehículo destinado a familias y a hacerse un hueco en el competitivo segmento de los coches de tamaño medio, Chrysler podría haber incluido como estándares algunas medidas de seguridad como el programa electrónico de estabilidad (ESP) o el control de tracción.

De hecho, estos dos sistemas -que los expertos consideran pueden salvar miles de vidas cada año- no son ni siquiera una opción en la versión más básica del Sebring. Y en la Touring y Limited se tienen que pagar aparte.

La versión básica del Sebring tiene un precio mínimo de 18.995 dólares. El Sebring sube hasta los 20.195 dólares mientras que el Limited se puede comprar a partir de 23.995 dólares. EFECOM

crd/mv/jj

-con foto-

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