La ambición de la familia Salazar, propietaria todavía del 20% del grupo SOS, parece no tener límites. Al margen de los 230 millones de euros que desviaron presuntamente a sociedades particulares, la empresa ha detectado también la existencia de letras de cambio avaladas por el propio grupo y emitidas a su nombre desde Ginebra (Suiza) por un importe que podría alcanzar los 40 millones de euros.
Según han confirmado fuentes próximas al consejo de administración de la empresa, esto supondría que el fraude se podría elevar así hasta un total de 270 millones.
En la querella que la compañía ha presentado contra los hermanos Salazar ante la Audiencia Nacional se alerta ya de una "estafa continuada" cometida por españoles en el extranjero, advirtiendo de este nuevo desvío de capitales. La querella, que ha sido admitida ya a trámite por el juez, refleja, textualmente, "la falsa presentación de avales que se atribuye al querellado Jesús Salazar se efectúa en unas letras de cambio que se ponen en circulación en la ciudad de Ginebra, siendo éste el lugar de comisión del ilícito penal".
Las fuentes consultadas aseguran que Jesús y Jaime Salazar, destituidos el pasado 30 de abril como presidente y consejero delegado de la compañía respectivamente, habrían firmado estas letras como gestores de la empresa a su propio nombre. "Se trata de un caso evidente de fraude. Aprovecharon su condición de ejecutivos para lucrarse", aseguran.
SOS, que no ha tratado todavía este tema en el consejo de administración, ha declinado hacer ningún tipo de comentario al respecto, alegando que el proceso está bajo investigación judicial.
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