
Diversas señales rojas están tintando los brotes verdes de la bolsa y amenazan la cotización de los grupos más endeudados, nuevo pasto de los bajistas.
La actual ecuación macroeconómica mundial está despejando una X muy peligrosa para las compañías más endeudadas de la bolsa, un ranking que tristemente protagonizan los grupos de infraestructuras españoles. Si finalmente se cumplen los malos presagios que auguran algunos expertos, estas empresas serán pasto de los cuervos bajistas, que ya están revoloteando, dispuestos a llevarse su parte del festín. Pero vayamos por partes.
Para poder despejar la X, lo primero que debe hacerse es leer los datos del enunciado del problema. Por una parte, los gobiernos de todo el mundo han inyectado al sistema la escalofriante cifra de 14 billones de dólares (en torno a diez billones de euros) en plena bajada de tipos, favoreciendo así el rally de reducción de deuda llevado a cabo por las compañías en los últimos meses. Sin embargo, la situación está cambiando, ante las crecientes expectativas de un repunte de la inflación.
Éstas, sumadas a un renovado temor de los bancos por prestarse dinero entre ellos, está generando una brecha entre los tipos de referencia y el coste que asumen las empresas al financiarse, lo que está generando en el mercado una nueva espiral de nerviosismo en relación con las empresas más endeudadas y, por tanto, con balances más endebles.
Este razonamiento es la base del indicador de sentimiento negativo que elabora la firma Data Explorers, cuya última conclusión es un auténtico varapalo para los grupos de infraestructuras españoles: ?Nuestro indicador muestra que los bajistas se están centrando en las compañías con un alto nivel de endeudamiento?.
En concreto, Ferrovial, Sacyr, Cintra y Abengoa aparecen en el top ten de las empresas europeas más amenazadas por los buitres del mercado. Junto a ellas, también están la constructora francesa Eiffage y la concesionaria gala APRR (Autopistas Paris-Rin-Ródano), filial de Vinci. Todas estas compañías tienen en común un elevado ratio de apalancamiento, que puede convertirse en una auténtica losa si los malos augurios se cumplen.Y los bajistas estarán ahí para traducir esos problemas en caídas de la cotización.
El problema sigue siendo la deuda
El resto de grupos de infraestructuras españoles tampoco puede relajarse, ya que también soportan compromisos financieros muy elevados. De hecho, todas ellos tienen un ratio de apalancamiento estimado por el consenso de analistas para este año superior a cinco veces el ebitda (beneficio bruto operativo), frente a la media de 2,15 veces del Ibex 35.
Dicho de otro modo, mientras que el resto de empresas podrían pagar toda su deuda con el ebitda en apenas dos años, ACS y FCC necesitarían 5,93 y 5,07 ejercicios para quedar limpias. Y eso que son las más saneadas, porque Sacyr, a pesar de haber reducido a la mitad sus compromisos financieros, sigue siendo penalizada por los analistas con unas estimaciones de deuda para el cierre del año de 12.513 millones, aunque la compañía aspira a dejarla en 11.000 millones.
En cualquier caso, estos compromisos financieros le sitúan en un ratio de apalancamiento entre 18 y 19 veces, casi el doble que Ferrovial, y eso que la compañía presidida por Rafael del Pino suma más de 24.526 millones de deuda.
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