BRUSELAS (Reuters) - Microsoft tiene, esta semana, una última oportunidad para convencer a los reguladores de la Unión Europea de que no debería recibir una multa que podría ser de hasta dos millones de euros diarios por no cumplir con unas sanciones antimonopolio.
El consejero general de Microsoft, Brad Smith, dijo que a la decisión le faltan datos específicos, lo que supone que las demandas de la Comisión para obtener información sean cualquier cosa excepto obvias.
La Comisión determinó en marzo de 2004 que Microsoft hizo uso de una posición casi de monopolio en los ordenadores personales para impulsar su participación en el mercado de "servidores de software de trabajo en grupo", que se utilizan para manejar impresoras, para el registro de contraseñas y para accesos de archivos en oficinas.
"El comportamiento de Microsoft (...) el ocultar información sobre interoperatividad (...) levanta un barrera artificial de entrada", dijo en su dictamen.
Sin embargo, no ha provisto la documentación adecuada para que otras compañías puedan hacer funcionar sus productos correctamente con los de suyos, añadió la Comisión.
