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Jamenei afirma que no habrá marcha atrás electoral

TEHERÁN (Reuters) - El Líder Supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, aseguró el miércoles que no variaría su posición como respuesta a las protestas por unas polémicas elecciones que han desencadenado las mayores manifestaciones callejeras desde la Revolución Islámica de 1979.

"Había insistido e insistiré en aplicar la ley en el tema de las elecciones (...) Ni las instituciones ni la nación se doblegarán a la presión a ningún coste", dijo Jamenei.

Ahora que la policía antidisturbios y la milicia religiosa han recuperado el control de las calles, los líderes conservadores de Irán parecen estar adoptando una postura más dura con sus críticos tanto de dentro como de fuera del país.

El ministro de Asuntos Exteriores, Manuchehr Motaki, dijo que Teherán estaba sopesando degradar sus relaciones con Reino Unido después de unas expulsiones recíprocas de diplomáticos esta semana. También anunció que no tenía planes de asistir a una reunión del G-8 en Italia esta semana sobre Afganistán.

Sus declaraciones, realizadas un día después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se declarara "horrorizado e indignado" por la represión en Irán, proporcionaron más pruebas de la creciente tensión con Occidente.

Diplomáticos occidentales habían visto el evento del 25-27 de junio como una oportunidad poco común para que el G-8 discutiera con potencias regionales como Irán objetivos comunes para Afganistán y Pakistán.

El inesperado levantamiento en Irán ha arruinado los planes de Obama de implicar a la República Islámica en un diálogo importante sobre su programa nuclear, que según Teherán tiene fines pacíficos pero que Occidente sospecha está dirigido a la fabricación de bombas.

Irán ha acusado a Estados Unidos y Reino Unido de fomentar los disturbios postelectorales y la televisión estatal ha emitido imágenes de manifestantes detenidos confesando que los medios occidentales les habían incitado.

Las fuerzas de seguridad han llevado a cabo un importante despliegue en Teherán para evitar más manifestaciones contra las elecciones, que los reformistas denuncian como un fraude para devolver al poder al presidente Mahmud Ahmadineyad y mantener alejado al ex primer ministro moderado Mirhosein Musavi.

La mujer de Musavi, Zahra Rahnavard, pidió la inmediata puesta en libertad de los detenidos desde las elecciones, y criticó la presencia de fuerzas armadas en las calles, informó su página web.

"Es mi deber continuar con las protestas legales para preservar los derechos iraníes", declaró Rahnavard, que participó activamente en la campaña electoral con su marido.

Jamenei, la máxima autoridad de Irán, ha aceptado una petición del Consejo de los Guardianes, que debe ratificar las elecciones, para dar cinco días más a los candidatos para presentar sus quejas.

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