CHICAGO (Reuters) - La cirugía de reemplazo de rodilla es costosa, pero vale la pena, en especial si la hacen cirujanos con experiencia, informaron investigadores estadounidenses.
Cada año, en Estados Unidos se gastan 11.000 millones dedólares en 500.000 reemplazos totales de rodilla y unaproyección revela que eso aumentará siete veces para el 2030debido al envejecimiento y el sobrepeso.
El equipo de Elena Losina, de Brigham and Women's Hospitaly de Boston University School of Public Health, evaluó si lascirugías en pacientes mayores de 65 años de Medicare erancosto-efectivas, que es un umbral subjetivo según la cantidadde años vividos con buen estado de salud.
Nueve de cada 10 reemplazos de rodilla son exitosos; eldolor de rodilla desaparece y los pacientes recuperanmovilidad, de acuerdo al estudio divulgado el lunes.
En el estudio, la cirugía de reemplazo de rodilla y loscostos posteriores sumaron hasta 57.900 dólares por paciente,es decir, 20.800 dólares más que en los pacientes tratados sincirugía.
Los que recibieron rodillas artificiales vivieron un añomás en buen estado de salud que aquellos que no recibieron elimplante, y el equipo calculó unos 18.300 dólares de costoanual agregado de buena calidad de vida.
Eso, comparado con otros procedimientos para los huesosenvejecidos, fue "altamente costo-efectivo".
La experiencia de los cirujanos en hospitales de altovolumen quirúrgico aumentó la costo-efectividad de la cirugía,como ocurre con muchos procedimientos complejos.
Pero, en general, los resultados no fueron tan buenos paralos afroamericanos, los hispanos y los adultos mayores, publicóel equipo en Archives of Internal Medicine.
Empresas como Stryker Corp, Zimmer Holdings Inc, Johnson &Johnson y Smith & Nephew fabrican las prótesis.
El presidente Barack Obama consideró que los estudios decosto-efectividad son una forma de reducir los costos de lasalud en Estados Unidos y evitar que los médicos inviertantiempo en procedimientos innecesarios.
El paquete de estímulo federal incluyó unos 1.100 millonesde dólares para financiar ese tipo de estudios.
Stephen Lyman, de Weill Cornell Medical College en NuevaYork, escribió en un editorial sobre el estudio que traducir lacosto-efectividad en práctica médica es como subir una montaña.
"Por lo menos en Estados Unidos, los análisis serios decosto-efectividad no influyen de manera directa en quienespagan y los médicos. Los que pagan no usan los resultados paramodificar las coberturas y los médicos tampoco las usan paratomar decisiones terapéuticas", señaló Lyman.