PARÍS (Reuters) - Trabajadores del sector del transporte y educativo francés protagonizaron nuevos paros el martes, mientras miles de estudiantes se disponían a tomar las calles de las principales ciudades del país, en una protesta que esperan dé el toque de gracia a una polémica ley de empleo juvenil.
Los opositores a la nueva ley quieren ver en las calles al menos a tantas personas como la semana pasada, cuando entre uno y tres millones de manifestantes marcharon en la mayor manifestación vista en décadas en el país.
Los vuelos que partían de los aeropuertos franceses sufrían demoras de entre 30 y 90 minutos, según informaron las autoridades. Grupos de estudiantes han dicho que intentarán bloquear carreteras, aeropuertos y vías ferroviarias.
Pero también ordenó la suspensión de su aplicación hasta que el Parlamento apruebe los cambios que él mismo solicitó, como acortar de dos años a uno el plazo para los despidos.
Una masiva presencia policial, incluyendo unos 4.000 agentes en París, se desplegará para evitar que se repitan los violentos incidentes del 28 de marzo, cuando los efectivos tuvieron que disparar gases lacrimógenos contra cientos de jóvenes que arrojaban botellas y cócteles Molotov.
