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Ahmadineyad gana en Irán entre protestas de Musavi

TEHERÁN (Reuters) - El Líder Supremo de Irán, el Ayatola Ali Jamenei, dijo el sábado a todos los iraníes que respetaran la victoria de Mahmud Ahmadineyad en unas elecciones presidenciales que su principal rival describió como una "farsa peligrosa".

La magnitud de la victoria de Ahmadineyad desbarató las expectativas generalizadas de que la contienda iría al menos a una segunda ronda y su reelección no ayudará previsiblemente a desbloquear un 'impasse' con Occidente sobre el programa nuclear de Irán.

Hubo enfrentamientos en la calle cuando policías antidisturbios, en motos y armados con porras, golpearon a seguidores del candidato presidencial Mirhosein Musavi, que protestaban contra el resultado de los comicios del viernes.

Jamenei, máxima autoridad de Irán, instó a los candidatos derrotados y a sus seguidores a evitar un "comportamiento provocativo".

"El respetado y elegido presidente es el presidente de toda la nación iraní y todo el mundo, incluyendo los contendientes de ayer, debe respaldarle unánimemente y ayudarle", dijo en un comunicado leído en la televisión estatal.

El ministro del Interior, Sadeq Mahsouli, aliado del conservador Ahmadineyad, declaró que el presidente había sido reelegido para un segundo mandato de cuatro años con el 62,6 por ciento de los votos, frente al 33,7 por ciento de Musavi, con una participación récord de un 85 por ciento.

Musavi, un veterano de la revolución islámica de 1979, protestó contra lo que calificó de numerosas y obvias violaciones en las elecciones.

"Estoy avisando de que no me resignaré a esta peligrosa farsa. El resultado de esta actuación por parte de algunos responsables pondrá en peligro los pilares de la República Islámica y establecerá una tiranía", dijo Musavi en un comunicado distribuido a Reuters.

INCREDULIDAD

Analistas iraníes y occidentales en el extranjero acogieron los resultados con incredulidad. Dijeron que la reelección de Ahmadineyad decepcionaría a las potencias occidentales que querían convencer a Irán de que suspendiera las actividades que sospechan que están dirigidas a fabricar bombas, y podrían complicar aún más los esfuerzos del presidente estadounidense, Barack Obama, para acercarse a Teherán.

"No augura nada bueno para un acuerdo rápido y pacífico de la disputa nuclear", dijo Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres.

Antes de las elecciones se vivió una muy reñida campaña que generó una intensa emoción dentro de Irán y un gran interés en todo el mundo y que reveló profundas divisiones entre figuras del 'establishment' entre los que respaldaban a Ahmadineyad y los que abogaban por cambios de todo tipo en el país.

Ahmadineyad acusó a sus oponentes de intentar debilitar a la República Islámica mediante una política de distensión con Occidente. Musavi contraatacó diciendo que el presidente había humillado a los iraníes con su "extremista" política exterior.

El viernes por la noche, antes de que los resultados oficiales fueran anunciados, Musavi se había declarado como "ganador definitivo". Dijo que mucha gente no había podido votar y que habían faltado papeletas.

También acusó a las autoridades de bloquear el envío de mensajes de texto, con los que su campaña intentó acercarse a los jóvenes votantes de las ciudades.

Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní Americano con sede en Washington, mostró incredulidad ante el gran margen a favor de Ahmadineyad. "Es difícil sentirse cómodo pensando que ocurrió sin ningún fraude", declaró Parsi.

Ali Ansari, que dirige el Instituto para Estudios Iraníes en la Universidad de St Andrews en Escocia, declaró: "La gente se levantará hoy en Irán conmocionada, no porque haya ganado Ahmadineyad, sino porque lo haya hecho a una escala tan impresionante".

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