BRUSELAS (Reuters) - Los trabajadores de los nuevos países miembros de la Unión Europea tendrán más facilidad para acceder a puestos de trabajo en los "viejos" estados miembros del bloque a partir de la semana próxima, pero mercados laborales clave como Alemania, Francia e Italia aún continuarán protegidos.
España, Finlandia y Portugal han dicho que abrirán completamente sus mercados laborales a los nuevos, uniéndose así a Reino Unido, Irlanda y Suecia, que levantaron las restricciones desde el primer día, en 2004.
"La distinción entre estados miembros antiguos y nuevos debería desaparecer lo antes posible".
En Austria, Francia, Alemania, Italia y Bélgica, los nuevos trabajadores aún necesitarán obtener un permiso de trabajo para acceder a un empleo, pero incluso esos estados pueden dejar entrar más trabajadores en ciertas áreas, como construcción, sanidad o agricultura.
Los responsables de la UE dicen que Luxemburgo probablemente siga el ejemplo de sus vecinos, mientras que Atenas es un misterio.
La República Checa, Estonia, Chipre, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia se unieron a la UE en 2004, sumando unos 75 millones de habitantes al bloque.
Pronto los miembros de la UE afrontarán un dilema sobre cómo tratar a los trabajadores de Bulgaria y Rumania, econonómicamente más pobres, que deben unirse al bloque en 2007 o 2008.