WASHINGTON (Reuters) - Quienes apoyan el boicot nacional del lunes en apoyo a los inmigrantes ilegales predicen que millones de ellos no acudirán a sus trabajos o escuelas y marcharán en apoyo a una revisión de las leyes migratorias de Estados Unidos.
Quienes están a favor dicen que la medida es necesaria para empujar al presidente George W. Bush y a un Congreso dividido a poner fin a la disputa en pleno año electoral y aprobar una ley que ayude a los alrededor de 12 millones de personas que viven ilegalmente en Estados Unidos.
Los organizadores del boicot desean una amnistía y la eventual ciudadanía para los inmigrantes ilegales, y predicen que varias de las ciudades más importantes de Estados Unidos quedarán paralizadas cuando los inmigrantes principalmente hispanos dejen sus trabajos y estudios y participen en mítines masivos.
En Nueva York, los líderes de la Coalición 1 de mayo, que organiza el boicot, dijeron que una creciente cantidad de negocios se ha comprometido a cerrar y permitir que sus empleados participen en la manifestación en Manhattan.
"El Gran Boicot del 1 de mayo, un día sin inmigrantes", es el paso que sigue a las manifestaciones de cientos de miles de personas que salieron a las calles el 10 de abril.
Esas protestas estuvieron impulsadas por la dura ley aprobada en la Cámara de Representantes -de mayoría republicana- que criminalizaría a los inmigrantes ilegales, castigando a aquellos que los ayuden, y construyendo un muro a lo largo de gran parte de la frontera con México.
Pero, asimismo, daría a los inmigrantes ilegales un camino hacia la ciudadanía y un programa de trabajadores temporales, apoyado por Bush.
/Por Thomas Ferraro/.*.