PUERTO IGUAZU, Argentina (Reuters) - Los presidentes de Brasil, Venezuela, Argentina y Bolivia discutieron el jueves a puerta cerrada el incierto futuro energético del Cono Sur tras la decisión de La Paz de nacionalizar sus hidrocarburos, mientras petroleras adelantaron que no huirán del país andino.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, necesita además un acuerdo político con Morales para que la petrolera brasileña Petrobras se vea afectada lo menos posible por la nacionalización, que implica la parcial expropiación de dos de sus plantas, adelantaron diplomáticos.
"Estamos trabajando en un documento en que los elementos más importantes son un desarrollo equilibrado para todos, la importancia de la integración energética, la importancia de la garantía del abastecimiento, la importancia de una discusión racional de precios", adelantó el ministros de Exteriores brasileño, Celso Amorim, a periodistas.
Bolivia exporta su gas natural a casi a la mitad del precio del mercado internacional, al ubicarse algo por encima de los 3,50 dólares el millón de unidades térmicas británicas (BTU).
Petrobras y la española Repsol-YPF, los dos mayores inversores extranjeros en el mercado energético boliviano, dijeron el jueves que aceptaban renegociar sus contratos de operación en el país, cumpliendo con un ultimátum dado por Bolivia para no ser obligadas a dejar su territorio.
Otras petroleras en Bolivia, como la británica BG y la francesa Total, aún no informaron si aceptarán renegociar o, como esperan algunos analistas, demandar en cortes internacionales al Gobierno de Morales.
A pesar de contar con las segundas mayores reservas de gas natural de Sudamérica tras las de Venezuela, la mayor parte de la población en Bolivia vive en la pobreza.