María Santos
Madrid, 5 ene (EFECOM).- A partir de hoy cerca del millón de cabezas de ganado comunitario que se mueve a diario por la Unión Europea "disfrutará" de nuevas condiciones de transporte, aún a sabiendas de que muchas veces es para ir al matadero, y el sector se pregunta si realmente las nuevas condiciones mejoran el bienestar del animal.
Efectivamente, la nueva normativa comunitaria se marca como objetivo reducir el estrés y los daños que pueda provocar al ganado el transporte por tierra (el 95% de los traslados son por carretera) o por mar, ahora bien, ¿Alguien le ha preguntado a los animales?
Las nuevas reglas incluyen mejoras de los vehículos y del material usado en los traslados de más de ocho horas, como una temperatura regulada automáticamente en el espacio para la carga y requisitos más estrictos para el suministro de líquido.
Los ganaderos reconocen que algunas de estas mejoras, que en muchos casos ya se cumplen por las mejoras introducidos en los nuevos vehículos, son razonables, pero echan en falta una definición de los factores objetivos que inciden en el bienestar real de los animales en el transporte.
Así señalan que mientras que la propia Comisión Europea avala que lo que más estrés provoca al ganado es la carga y la descarga y habida cuenta de que, dadas las distancias máximas en el territorio comunitario los viajes más largos se realizan en 36 horas, no comprenden el sentido de realizar paradas con descarga a las 24 horas.
Los ganaderos insisten en que más allá del trasfondo moral, la conciencia ecológica y el altruismo, el primer interesado en que el animal sufra lo menos posible y llegue en perfectas condiciones son ellos mismos, porque de ello depende la rentabilidad económica del ganado.
A falta de criterios objetivos, avalados por estudios científicos el sector ganadero español considera que detrás de estas normativas no se halla el bienestar animal, sino los intereses comerciales de los países que controlan el comercio de carne frente a los de quienes realizan importaciones de animales vivos para completar sus ciclos productivos, como España.
En el primer grupo estarían presionando Alemania, Dinamarca y los países nórdicos; principales exportadores de carne, enfrentados con los intereses de los países del sur que importan animales vivos para cubrir sus demandas de producción, y en medio los centroeuropeos, que por su ubicación geográfica no realizan movimientos de larga distancia.
España ocupa la segunda posición en cuanto a efectivos de porcino (después de Alemania) y al año se importan cerca de 1,3 millones de cerdos vivos, principalmente lechones; es el segundo productor de ovino (después del Reino Unido) y de caprino (después de Grecia), y el sexto de bovino cuyas importaciones anuales superan también el millón de cabezas.
Asimismo, España es el tercer país productor de carne, el cuarto de huevos y el sexto de leche.
Pero no todos los movimientos se realizan a largas distancias, ya que en España existen más de 1.500 mataderos de mamíferos de los cuales el 22% son de sacrificio de vacuno, el 22% de ovino, el 21% de caprino, el 31% de porcino y el 4% de equino, por lo que todos los animales que consumimos viajan al final de sus días para ser sacrificados.
Con estas cifras los ganaderos pretenden mostrar la necesidad y la importancia del transporte de los animales, su interés, no siempre altruista, porque los animales viajen en buenas condiciones y sin sufrimientos y su extrañeza por esa forma de legislar en la Unión Europea que ante la falta de estudios científicos objetivos enarbola la bandera del bienestar para favorecer a unos y perjudicar a otras.EFECOM
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